- Estados Unidos evalúa una reestructuración de su mando militar, que incluiría la creación de un Comando Internacional para centralizar las operaciones en Europa, África y Medio Oriente.
- La iniciativa, impulsada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, busca reducir la burocracia, acelerar la toma de decisiones y realinear recursos hacia el hemisferio occidental.
- El plan genera preocupación en el Congreso y entre exfuncionarios del Pentágono, que advierten sobre posibles impactos negativos en las alianzas y en la capacidad de respuesta regional de EE.UU.
El Gobierno de Trump está evaluando una reestructuración del mando militar, con la creación de un nuevo organismo denominado Comando Internacional de Estados Unidos, al que se integrarían los actuales comandos regionales de Europa, África y Asia. Esta medida se da en un intento por agilizar la toma de decisiones y adaptar la presencia global de las fuerzas armadas a las prioridades estratégicas de la administración.

En este sentido, la iniciativa, promovida por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, forma parte de una revisión general del Unified Command Plan, el documento que determina cómo se distribuyen las responsabilidades operativas de las fuerzas estadounidenses en el exterior. Bajo el plan, el Comando Internacional asume el liderazgo sobre las áreas que hoy están bajo el mando de U.S. Central Command (CENTCOM), U.S. European Command (EUCOM) y U.S. Africa Command (AFRICOM), reduciendo así la cantidad de cuarteles principales y la burocracia asociada a múltiples estructuras de mando.
Paralelamente, la propuesta contempla conformar un Comando de las Américas -denominado Americon en la versión abreviada- que reorganizaría las funciones de U.S. Northern Command (NORTHCOM) y U.S. Southern Command (SOUTHCOM) bajo una sola autoridad centralizada, con el objetivo de potenciar la coordinación hemisférica y responder de manera más eficaz a desafíos en la región occidental del Hemisferio.
Esta reestructuración significaría una reducción del número de “comandos combatientes” de once a ocho y una disminución en la cifra de generales y almirantes de cuatro estrellas que reportan directamente al secretario de Defensa, una medida coherente con los esfuerzos de Hegseth por reducir la burocracia y “acelerar la toma de decisiones”.
La medida propuesta por el Gobierno de Estados Unidos suscitó críticas
No obstante, la reestructuración aún debe contar con la aprobación tanto de Hegseth como del presidente, Donald Trump. El Congreso exigió al Pentágono que presente un plan detallado sobre los costos y los efectos estratégicos antes de permitir que se asignen fondos para su implementación.

Pero esta propuesta generó críticas de figuras políticas y militares, quienes advierten que la consolidación de comandos podría perjudicar la capacidad estadounidense de responder a crisis regionales y reducir el conocimiento especializado de áreas geográficas específicas. Chuck Hagel, exsecretario de Defensa bajo la administración anterior, señaló que la reducción de estructuras de mando podría disminuir la capacidad de prevenir conflictos antes de que escalen debido a la pérdida de liderazgo y enfoque local.
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