El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sostuvo que, en diálogo con Donald Trump, su homólogo estadounidense amenazó con tener “más armas, más barcos, más bombas” que Nicolás Maduro. La conversación se produce mientras aumenta la presión norteamericana sobre Venezuela, con la Casa Blanca agitando la posibilidad de una operación armada que derive en un cambio de régimen.

En este contexto, el mandatario brasilero se posicionó como un interlocutor para ambos líderes, aunque no se haya propuesto oficialmente como mediador. En un evento oficial el pasado jueves, Lula contó que expuso ante Trump una política pacifista para la región, pero que su homólogo le planteó otras alternativas de mayor violencia.
“Le dije a Trump: no queremos guerra en América Latina, nosotros somos una zona de paz'”, refirió el presidente de Brasil. Según el relato del pernambucano, Trump le respondió: “Pero yo tengo más armas, más barcos, más bombas”. “Le dije: amigo, yo creo más en el poder de la palabra que en el poder de las armas. Intentemos utilizar la palabra como elemento de convicción, de persuasión, para que hagamos la cosa correcta”, completó su versión del diálogo Lula.
Los dos líderes han tenido idas y vueltas, pero en el último tiempo han mantenido un acercamiento personal que se transformó en diplomático y significó una reducción en algunos de los aranceles que Estados Unidos le cobra a productos brasileros como la carne y el café, así como el levantamiento de las sanciones que pesaban sobre el juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, acusado por la administración republicana de perjudicar al aliado trumpista Jair Bolsonaro. Consultado recientemente sobre el estado de la relación con Brasil, Trump afirmó: “Lula puede llamarme cuando quiera”.

En cuanto a Venezuela, Trump parecería estar, de momento, siguiendo el consejo de Lula: en lugar de realizar operaciones terrestres o bombardeos selectivos, la administración republicana eligió sancionar a familiares de Maduro e incautar un barco petrolero que salía del país latinoamericano. Sin embargo, el republicano mantiene su tono duro y asegura que los días del jefe del régimen de Caracas “están contados”.
Estados Unidos aumenta la presión sobre Venezuela con sanciones e incautaciones
Las nuevas sanciones dirigidas contra la familia de Maduro llegan por parte del Tesoro de los Estados Unidos y tocan a tres sobrinos de su esposa, Celia Flores. La medida alcanza por un lado a Franqui Flores y Efraín Campo Flores, quienes fueron arrestados en Haití en 2015 en un operativo encubierto de la DEA de Estados Unidos y condenados en 2016 por su involucramiento en el tráfico de cocaína. Aunque ambos recibieron una sentencia de 18 años de prisión, fueron liberados en un intercambio de prisioneros con Venezuela en octubre de 2022, durante la administración de Joe Biden. El tercer miembro de la familia en volver a ser señalado por las autoridades norteamericanas es Erik Malpica Flores, otro sobrino de la primera dama. Malpica Flores, que fue vicepresidente de la petrolera estatal PDVSA, ya estuvo sancionado por el gobierno estadounidense entre 2017 y junio de 2022.

Las nuevas sanciones sobre Venezuela del gobierno de Trump también buscaron hacen foco en los movimientos petroleros que sustentan al régimen. De esta manera, fueron penalizados también seis buques cisterna con banderas de distintos lugares del mundo y las compañías que las operan, involucrados en el transporte de crudo proveniente de este país. Las empresas señaladas son Myra Marine Limited, Arctic Voyager Incorporated, Poweroy Investment Limited, Ready Great Limited, Sino Marine Services Limited y Full Happy Limited.
Estas medidas llegan días después de que fuerzas de la Guardia Costera y cuerpos especiales con apoyo de helicópteros incautaran un barco petrolero que transportaba crudo venezolano, lo que parece anticipar un nuevo foco de presión de Donald Trump sobre el país latinoamericano.
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