- La Real Armada británica escoltó y rastreó durante tres días al submarino ruso Kilo “Krasnodar”, que atravesó el Canal de la Mancha.
- El seguimiento estuvo a cargo del buque logístico RFA Tidesurge, que operó con un helicóptero Merlin del 814 Naval Air Squadron.
- El Ministerio de Defensa británico enmarcó la operación en el incremento del 30% de la actividad naval rusa alrededor del Reino Unido en los últimos dos años.
Un submarino ruso de la clase Kilo fue rastreadо y escoltado durante tres días por la Real Armada británica y aliados mientras atravesaba el Canal de la Mancha en superficie, en un nuevo episodio del incremento de la actividad naval de Rusia en las aguas que rodean al Reino Unido. Según informó el Ministerio de Defensa británico, la operación se enmarca en el plan oficial para reforzar la protección del entorno marítimo nacional, en un contexto en el que Londres registra un aumento cercano al 30% en los movimientos navales rusos en los últimos dos años.

El buque en cuestión, identificado como el submarino Krasnodar, navegó acompañado por el remolcador Altay desde el mar del Norte, cruzó el estrecho de Dover y se internó en el Canal pese a condiciones meteorológicas adversas. A lo largo del tránsito, el seguimiento principal recayó en el buque logístico RFA Tidesurge, que embarcó un helicóptero Merlin del 814 Naval Air Squadron, configurando un binomio clásico de guerra antisubmarina.
Durante toda la misión, el Merlin permaneció listo para pasar de la vigilancia a operaciones antisubmarinas plenas en caso de que el Kilo decidiera sumergirse. El Tidesurge y su helicóptero mantuvieron contacto constante con el submarino y su remolcador hasta las proximidades de la isla de Ushant, ya en el sector de responsabilidad francés, donde una unidad aliada de la OTAN tomó el relevo del seguimiento.
Aumento de la actividad rusa en aguas europeas
El esquema refleja el funcionamiento práctico de la arquitectura de control marítimo de la Alianza en corredores estratégicos como el Canal de la Mancha: relevos planificados, intercambio de información y presencia continua. Sin embargo, también muestra cómo Moscú utiliza de forma sostenida sus submarinos convencionales y de propulsión nuclear para señalizar presencia cerca de las líneas de comunicación marítimas de la OTAN, mientras Londres y sus aliados buscan demostrar que conservan la capacidad de detectar, seguir y, llegado el caso, neutralizar cualquier incursión que perciban como potencial amenaza.

Si bien la Real Armada británica aclara que monitorea rutinariamente los movimientos de la Armada rusa por zonas de interés estratégico, el episodio del Krasnodar surge en un contexto de guerra en Europa y tensiones crecientes en el Atlántico Norte. Por ende, incluso un tránsito “en regla” por el Canal de la Mancha se convierte en un mensaje político y militar.
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