El rearme que atraviesa distintos países de Europa es también parte de la conversación en Londres, donde analistas militares, políticos y especialistas en defensa se preguntan si Reino Unido está preparado para pelear una guerra por sí mismo. Entre los factores a analizar figuran las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas británicas, sus perspectivas de sustentabilidad en un conflicto largo y la respuesta de la sociedad a las distintas hipótesis de conflicto que se plantean, entre las que Rusia aparece como la más trabajada.

El asunto fue la parte central de la conferencia “Peleando la guerra larga”, organizado a fines de octubre por el Royal United Services Institute (Rusi), un tradicional think tank enfocado en defensa y seguridad considerado el más antiguo del mundo y referente del sector en el Reino Unido. En este evento, el analista militar Hamish Mundell trazó una línea entre la participación británica en la Primera Guerra Mundial y la reciente campaña de la Rusia de Vladimir Putin en Ucrania: “Las guerras rara vez se ganan antes de Navidad”.
Así, buscó señalar que “mientras la OTAN se reorienta para enfrentar una Rusia post-Ucrania, el Reino Unido debe resistir el impulso institucional de prepararse sólo para la primera batalla”. “La próxima guerra podría no ser rápida y ganar va a demandar más que estar listos; va a requerir aliento y profundidad para construir resiliencia, así como honestidad política sobre las realidades de un conflicto prolongado de escala industrial”, advirtió.
En su visión, esto implica “un segundo y tercer escalón” humano preparado para la contingencia de una guerra consistente en: “Personal, plataformas y cadenas logísticas que puedan absorber pérdidas y continuar peleando”. Sin embargo, concluye, “esta profundidad está notablemente ausente del diseño presente de las Fuerzas Armadas británicas“.
¿Está Reino Unido preparado para pelear una guerra por sí mismo?
Un aspecto destacado al analizar si el Reino Unido está en condiciones de pelear una guerra prolongada es su capacidad de sustentar los insumos necesarios para el frente de batalla: armamento, sistemas de combate, vehículos, municiones y otros pertrechos, por solo nombrar algunas de las áreas críticas en una cadena de suministros que muchas veces también requiere el apoyo de la sociedad civil.
Actualmente, como contó Escenario Mundial, el Reino Unido encara una modernización de sus Fuerzas Armadas que se sustenta en tres ejes: la entrada en servicio del vehículo blindado Ajax, la compra de 20 drones navales no tripulados Beehive y el despliegue de 24 cazas F-35B en el portaaviones HMS Prince of Wales. En conjunto, estos movimientos marcan un salto tecnológico, a la vez que algunos de estos desarrollos también buscan robustecer la industria armamentística nacional.

El proyecto Ajax, por ejemplo —que agrupa seis variantes blindadas— alcanzará 589 unidades para 2029, empleando a más de 700 trabajadores en la planta de Merthyr Tydfil y a otros 4.000 en la cadena de suministro británica. La apuesta por exportarlo refleja la intención del Reino Unido de revivir su industria de defensa terrestre, severamente afectada por años de recortes presupuestarios.
En octubre, el gobierno laborista de Keir Starmer presentó su “Estrategia Industrial de Defensa 2025”, que destaca la importancia de favorecer a compañías instaladas en las islas para que sean las proveedoras de las FF.AA. británicas. En primer lugar, el plan del Ministerio de Defensa prevé inversiones directas por 250 millones de libras esterlinas en Plymouth, South Yorkshire, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, para que los polos industriales de estas regiones crezcan al calor de nuevos contratos militares con el gobierno.
Los nuevos lineamientos también apuntan a la formación de recursos humanos, ya que establecen una inversión de 182 millones de libras esterlinas en un paquete que incluye la creación de cinco universidades de Excelencia Técnica en la Defensa, así como la manutención de los 24.000 aprendices que Londres subsidia mientras se forman en estas áreas.
Pero Reino Unido todavía tiene un largo camino para recorrer antes de igualar las capacidades armamentísticas alcanzadas por Rusia durante la guerra en Ucrania. Un informe reciente del Kiel Institute for the World Economy precisó que Moscú puede producir mensualmente alrededor de 150 tanques, 550 vehículos de infantería, 120 drones Lancet y más de 50 piezas de artillería, cifras que están lejos de las que pueden mostrar Londres y la mayoría de los países de la OTAN.
La crisis de personal en las Fuerzas Armadas del Reino Unido
Por otro lado, las islas también tienen que aumentar su disponibilidad de efectivos en el presente y hacia el futuro: los datos oficiales del Ministerio de Defensa muestran que este año las fuerzas armadas del Reino Unido perdieron más tropas de las que reclutaron, repetición de una tendencia a la baja que se mantiene en los últimos años alrededor del número total de efectivos.
Las estadísticas de personal se publican cuatro veces al año. En el último reporte, la línea de tiempo se trazó un año atrás del 31 de julio de 2025. En este período, 14.020 personas abandonaron las fuerzas armadas de Reino Unido, exactamente 500 más que las que se integraron a ellas. De esta forma, el número total de tropas regulares en el ejército británico quedó entonces en alrededor de 136.000, a los que se podrían sumar cerca de 45.000 entre reservas voluntarias, soldados del regimiento de Gurkhas y otras fuentes de personal.

En cambio, después de casi cuatro años de guerra y bajas estimadas por fuentes de inteligencia en más de un millón de personas, un informe del Institute for the Study of War encontró que “las tasas de reclutamiento de Rusia parecen haber aumentado al principio de 2025, probablemente como resultado de los aumentos temporarios del Kremlin en bonus para recién conscriptos y la anticipación de un acuerdo negociado a la guerra en Ucrania“.
La respuesta británica -y de otros países europeos como Alemania o Francia– a los números rusos ha sido volver a discutir alguna forma de servicio militar voluntario para mayores de 18 años. En el Reino Unido, el gobierno espera que un nuevo esquema de reclutamiento a lanzarse en 2027 va a volver más eficiente este proceso y revertir la tendencia negativa en el número de conscriptos.
Te puede interesar: Reino Unido y Noruega firman acuerdo para proteger cables submarinos con patrullas navales y contener la actividad rusa en el Atlántico Norte














