- El Pentágono avaló AUKUS y la venta de submarinos nucleares clase Virginia a Australia en medio del avance de China en el Pacífico.
- Washington concluyó que el pacto es compatible con la agenda “America First” porque fortalece la disuasión frente a China en el Indo-Pacífico.
- La ratificación llega en un contexto de rápida expansión de la marina china y despliegues masivos en el Pacífico Occidental.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó, tras una revisión de cinco meses, que el acuerdo AUKUS seguirá adelante “a toda máquina” y que la venta de submarinos de propulsión nuclear a Australia es coherente con la agenda de “America First” de la administración Trump. La decisión consolida uno de los pilares de la arquitectura de disuasión marítima frente a la creciente proyección naval de China, que ya opera más de 370 buques y submarinos y acaba de desplegar grupos de tarea en el Pacífico Occidental, como informó recientemente Escenario Mundial.

La revisión ordenada por Trump concluyó que el pacto trilateral entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia no solo es compatible con los intereses nacionales estadounidenses, sino que refuerza la postura de disuasión frente a potencias competidoras en el Indo-Pacífico. Según el vocero del Pentágono, Sean Parnell, el informe interno determinó que AUKUS “está alineado con la agenda America First” al generar empleo, carga de trabajo industrial y contratos de largo plazo para los astilleros estadounidenses. Además, que el programa se mantendrá sin cambios de fondo en el cronograma de entregas y que se identificaron ajustes para “fortalecer el proyecto trilateral”, sin alterar el núcleo del acuerdo alcanzado en 2021.
Desde hace tiempo, el eje más sensible de AUKUS es la venta de, al menos, tres submarinos de ataque clase Virginia a Australia a partir de 2032. El paquete completo incluye compra inicial, cooperación industrial y evolución hacia la construcción de submarinos nucleares de diseño propio, y podría costarle a Canberra hasta 235.000 millones de dólares a lo largo de tres décadas. Un dato central es la continuidad, ya que la arquitectura AUKUS ha sobrevivido ya a tres relevos de gobierno en EEUU, Reino Unido y Australia. Por ende, la revisión del Pentágono confirma que el programa es una apuesta estructural de largo plazo por parte de Australia.
AUKUS en un Indo Pacífico tensionado
Para Canberra, la ratificación del Pentágono llega en un momento en que el debate interno sobre los costos de AUKUS convive con la percepción de amenaza creciente por parte de China en el entorno marítimo inmediato. La validación ocurre en paralelo a un aumento visible de la actividad naval china en el Indo-Pacífico, donde también Estados Unidos ha decidido desplegar su portaaviones USS George Washington en Japón.

Como detalló Escenario Mundial, Beijing llegó a desplegar recientemente más de 100 buques de la Armada y la guardia costera en Asia oriental, además de un grupo de tarea con el buque de asalto anfibio Hainan y escoltas de alta gama en el Pacífico Occidental. Por ello es tan importante el componente submarino que aportará AUKUS, ya que le permitirá a Australia una amplitud de la disuasión y refuerzan la vigilancia y respuesta en tiempo real.
En paralelo, contar con este tipo de capacidades complicaría cualquier intento chino de proyectar poder sin oposición en los accesos al Pacífico Sur y en las rutas hacia Australia, además de que los submarinos complementarían la presencia de portaaviones, destructores y fuerzas aéreas estadounidenses y japonesas en la región. Sin dudas, se trata de un mensaje político a Beijing de que el eje Washington–Canberra–Londres no solo mantiene el rumbo, sino que está dispuesto a absorber el costo político, financiero e industrial que implica sostener una ventaja cualitativa frente a la flota china.
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