El presidente de Rusia, Vladimir Putin, va a encontrarse con el enviado de Donald Trump, su amigo personal Steve Witkoff, para tener conversaciones sorbe un alto al fuego en Ucrania. La reunión, que se producirá el martes 2 de diciembre por la tarde, se producirá luego que el norteamericano se entrevistara el domingo con oficiales ucranianos en Estados Unidos para avanzar en un plan de paz.

Witkoff y Putin ya mantuvieron distintos encuentros cara a cara en el Kremlin, y su figura quedó envuelta en polémica luego de que la agencia Bloomberg filtrara una conversación suya con el asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, donde le decía cómo presentar sus demandas a Trump para que tuvieran éxito.
Aquella llamada se produjo luego de la firma del tratado de paz entre Israel y Hamás en Gaza, cuando Ushakov le consultó si sus jefes estarían dispuestos a conversar y cuál sería la mejor manera de llevar adelante este diálogo. Luego de decirle “mi hombre está dispuesto a hacerlo”, en referencia a la comunicación telefónica, Witkoff le dijo la mejor manera de encarar a Donald Trump para avanzar en la agenda de Rusia: “Yo haría la llamada y simplemente reiteraría que felicitas al presidente por este logro, que lo apoyaste, lo apoyaste, que respetas que él es un hombre de paz y que estás, que estás realmente contento de haber visto que sucediera. Así que yo diría eso. Creo que a partir de eso va a ser una muy buena llamada”.
La filtración no hizo peligrar la posición de Witkoff, que fue defendido como un hábil negociador por Donald Trump. Sí elevó dudas sobre su posición imparcial en el conflicto, ya que el asesor nunca visitó Ucrania físicamente y demostró una cercanía con el lado ruso que vuelve a plasmarse en su invitación para avanzar las negociaciones con Vladimir Putin.
¿Cuáles son las exigencias definitivas de Vladimir Putin para la paz en Ucrania?
Aunque las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania entraron en una nueva fase, con rondas de negociaciones entre las tres partes -Ucrania, Rusia y Estados Unidos-, de fondo están las exigencias definitivas de Vladimir Putin para la paz. Entre estas líneas rojas, se cuentan importantes concesiones territoriales a Rusia, la capitulación del esfuerzo de Kiev por incorporarse a la OTAN y el compromiso de los países europeos de no enviar sus tropas como garantía de seguridad al país invadido.

El núcleo de las propuestas rusas puede encontrarse, paradójicamente, en el plan de 28 puntos que se filtró como la iniciativa de Estados Unidos para terminar el conflicto. Este documento, cuya autoría tuvo distintas explicaciones por parte de la administración Trump, fue rechazado por Ucrania, sus socios europeos e incluso legisladores norteamericanos, que lo consideraron una serie de concesiones inaceptables a Moscú.
El plan de 28 puntos filtrado propone en su apartado 21 la cesión total a Rusia del Donbás, la región oriental de Ucrania donde el conflicto empezó en 2014 con una guerra civil desatada por facciones aliadas a Moscú. Este antiguo territorio industrial, devastado ya por más de una década de conflicto, contiene los territorios de Luhansk y Donetsk, que solicitaron integrarse formalmente como óblast a la Federación Rusa durante la guerra, pero también hay ciudades como Kramatorsk que siguen bajo control de Kiev. También planteaba el reconocimiento de la autoridad rusa “de facto” en la Península de Crimea, anexada por Rusia en 2014 bajo un referéndum que por el momento no es reconocido por la comunidad internacional.
Además, el acuerdo de 28 puntos planteó que las nuevas fronteras en las regiones de Jersón y Zaporizhia se trazarán congelando la actual línea de combate. En retribución, el punto 21 del programa establece que “Rusia va a renunciar a otros territorios que controla por fuera de las cinco regiones”.

Otro de los aspectos del plan que despertaron el rechazo de los dirigentes ucranianos fue la obligación de que el país no se unirá a la OTAN, algo que deberá plasmar en su constitución. Los países europeos, en cambio, deberán estacionar sus aviones de combate en Polonia, país que recientemente sufrió violaciones a su espacio aéreo por parte de drones y aeronaves rusas.
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