La ofensiva anticorrupción más sensible del mandato de Volodímir Zelenski alcanzó de lleno a su círculo más cercano: el Buró Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) confirmó que el 28 de noviembre llevó a cabo allanamientos en la vivienda y oficinas de Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente y hasta ahora su colaborador más influyente, en el marco del escándalo vinculado a la empresa nuclear estatal Energoatom, considerado el caso de corrupción más grande de la presidencia. Según fuentes citadas por la prensa ucraniana, las pesquisas se centraron en inmuebles de lujo cerca de Kiev presuntamente financiados a través el esquema de Energoatom. Una de esas propiedades habría estado destinada a Yermak, de acuerdo con fuentes de las fuerzas de seguridad consultadas por el Kyiv Independent.

Horas después de conocidos los allanamientos, el propio Yermak confirmó que los investigadores ingresaron en su departamento y aseguró que coopera “plenamente” con la investigación. La causa gira en torno a un entramado de sobornos y desvío de fondos en Energoatom, el monopolio estatal nuclear ucraniano. Hasta ahora, ocho personas fueron imputadas y los investigadores señalan como supuesto organizador a Timur Mindich, empresario cercano al presidente Zelenski.
De acuerdo con filtraciones de audio difundidas por el proyecto de investigación Bihus.info y documentación de NABU, parte del dinero habría financiado la construcción de casas de alto estándar en las afueras de la capital. En este capítulo es donde aparece el nombre de Yermak, a quien los investigadores mencionan con el alias de “Ali Baba” en las comunicaciones internas, según reveló el medio Ukrainska Pravda. Y si bien el jefe de gabinete todavía no fue formalmente acusado, fuentes judiciales indicaron que los allanamientos son un paso previo habitual antes de presentar cargos.
Del negociador en el “plan de paz” a blanco de la justicia
Un medio ucraniano de referencia, Dzerkalo Tyzhnia, citó a sus propias fuentes al afirmar que NABU se prepara para imputar a Yermak específicamente en el tramo del expediente vinculado a las viviendas de lujo. La dimensión política del caso se agranda si se considera el rol que Yermak desempeñó hasta ahora. Pese a las críticas y pedidos de renuncia que arrastra desde que estalló el escándalo, Zelenski lo nombró recientemente al frente de la delegación ucraniana en las conversaciones con Estados Unidos en Suiza, luego de que Donald Trump presentara un plan de paz muy favorable a Rusia.
Diversos expertos citados por la prensa ucraniana interpretaron ese gesto como un intento del presidente de blindar a su mano derecha, otorgándole visibilidad diplomática y peso político en plena fase de investigación. La imagen quedó rápidamente desmentida por los hechos: el allanamiento a su vivienda, la búsqueda en su despacho de la calle Bankova y la confirmación pública de NABU demostraron que, al menos por ahora, las instituciones anticorrupción no están dispuestas a frenar. Como dato adicional que subraya la gravedad del caso, tras los allanamientos, Yermak presentó su renuncia, posteriormente anunciada por Zelenski.

Dentro del oficialismo, el clima es de mezcla entre sorpresa y resignación. Un diputado del partido Servidor del Pueblo afirmó, bajo anonimato, que en la bancada “no hubo una reacción fuerte” porque “muchos ya se imaginaban lo que estaba pasando”, y habló de un ambiente marcado por el silencio y cierta “sensación de shock”. La oficina presidencial y el servicio de prensa de Zelenski evitaron hacer comentarios públicos sobre los procedimientos.
Para las organizaciones especializadas, el desenlace de esta causa será una prueba decisiva de la madurez institucional de Ucrania en plena guerra. La presidenta de la comisión parlamentaria de fuerzas de seguridad, Anastasia Radina, remarcó que lo importante es que NABU y la Fiscalía Anticorrupción (SAPO) puedan trabajar “sin interferencias” de otros organismos, y consideró positivo que hoy existan instituciones capaces de investigar incluso a figuras del máximo nivel político, algo que “no era posible hace diez años”.
Te puede interesar: ¿Cuáles son las exigencias definitivas de Vladimir Putin para la paz en Ucrania?













