Finlandia dio un nuevo paso en su alineamiento militar con Ucrania al anunciar su incorporación a la Maritime Capability Coalition, el grupo encabezado por Reino Unido y Noruega que coordina el apoyo para reconstruir y modernizar las capacidades navales ucranianas. La decisión, comunicada por el Ministerio de Defensa finlandés y adoptada por el titular de la cartera, Antti Häkkänen, integra a Helsinki en el esfuerzo multinacional que busca transformar a la Armada de Ucrania en una fuerza más letal, resiliente e interoperable con la OTAN, en un contexto de guerra prolongada con Rusia en el Mar Negro.

La coalición marítima fue lanzada a finales de 2023, cuando Londres y Oslo anunciaron el traspaso de dos cazaminas de la Royal Navy a las Fuerzas Armadas de Ucrania y el inicio de un programa de entrenamiento de infantes de Armada, operaciones de guerra de minas y desarrollo de fuerzas costeras. El objetivo declarado desde entonces es ofrecer un “blueprint” de largo plazo para la reconstrucción de la Armada ucraniana, no sólo con plataformas, sino también con doctrina, infraestructura y adiestramiento especializado.
En su comunicado, Häkkänen subrayó que Finlandia se ha ido sumando a las coalición marítima en torno a la base de una evaluación caso por caso, garantizando que cada aporte genere “valor agregado claro” para las capacidades ucranianas. Helsinki ya participa en los grupos dedicados a artillería, vehículos blindados, desminado y tecnologías de la información, lo que la convierte en uno de los socios más activos dentro del formato impulsado por los aliados de Kiev.
Barcos, misiles y guerra de minas: qué hace la coalición marítima
Según la información difundida por Londres, Oslo y el propio gobierno ucraniano, la Maritime Capability Coalition cubre un abanico de líneas de esfuerzo: transferencia de buques y lanchas, provisión de armamento de golpe naval (misiles antibuque y sistemas de ataque costero), sensores de vigilancia y reconocimiento (radares, sistemas ISR, medios no tripulados) y capacidades de guerra de minas, tanto defensiva como ofensiva. A esto se suma el adiestramiento de fuerzas de Infantería de Armada y la mejora de las capacidades anfibias, incluyendo operaciones fluviales y de litoral.

Reino Unido ya transfirió dos cazaminas tipo Sandown y lidera programas de entrenamiento de centenares de marinos ucranianos en bases europeas, mientras que Noruega comprometió más de NOK 2.700 millones (unos 240 millones de dólares) para fortalecer la Armada de Ucrania en el marco del programa Nansen, con foco en sistemas de desminado, innovación y entrenamiento. La incorporación de Finlandia refuerza el componente nórdico de la coalición y aporta la experiencia de un país que ha construido su postura de defensa alrededor del control de estrechos, archipiélagos y aguas litorales frente a Rusia en el Báltico.
Del Mar Negro al Báltico: un mensaje estratégico a Moscú
Aunque el teatro principal es el Mar Negro, donde Rusia ha utilizado su flota para bloquear exportaciones ucranianas y minar corredores marítimos, el movimiento también tiene lectura en el norte de Europa. Finlandia se incorporó formalmente a la OTAN en 2023, y desde entonces ha acelerado su integración en los marcos aliados, incluido el Joint Expeditionary Force (JEF) liderado por el Reino Unido, que en noviembre de 2025 formalizó una “Asociación Avanzada” con Ucrania.
Sumarse a la coalición marítima coloca a Helsinki en un rol activo dentro de la contestación naval a Rusia en dos frentes: el Báltico y el Mar Negro. En la práctica, Finlandia pasa de ser únicamente un flanco terrestre reforzado frente a Rusia a consolidarse como un actor que también contribuye a degradar la libertad de acción rusa en el dominio marítimo, apoyando el desarrollo de una Ucrania capaz de proteger sus aguas, mantener abiertas sus rutas de exportación y elevar el costo de cualquier escalada naval.
Además, a diferencia de los paquetes de tanques, artillería o defensa aérea, el trabajo de la coalición marítima se mantiene en un perfil bajo, con pocas imágenes y anuncios medidos. No obstante, la construcción paciente de una Armada ucraniana más moderna, con mejor capacidad de desminado, golpe naval y control de aguas litorales, tiene un impacto estructural en el equilibrio de fuerzas con Rusia y en la capacidad de Ucrania de sostener su economía de guerra a través de las exportaciones por mar.
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