La adquisición de submarinos nucleares de Corea del Sur es vista con buenos ojos por Japón para contener a China en el Indo-Pacífico, asegura un analista japonés con más de 16 años de experiencia en el Ministerio de Defensa. El comentario llega luego que Estados Unidos aprobara el acceso de Corea del Sur a las tecnologías de enriquecimiento de uranio y reprocesamiento de combustible gastado, que el país norteamericano le había prohibido en el pasado. De esta manera, le dio un impulso al largamente ambicionado programa de desarrollo de submarinos nucleares surcoreanos.

La movida ya despertó indignación de las potencias vecinas, particularmente de China. Desde Beijing expresaron preocupación por la medida, ya que podría erosionar el tratado global de no proliferación nuclear, algo que los oficiales estadounidenses desestimaron al tiempo. Washington sostiene que una flota de submarinos nucleares surcoreanos podría ser una herramienta de disuasión efectiva contra la ampliación de China en el Indo-Pacífico.
El desarrollo de submarinos nucleares de Corea del Sur es “bienvenido” por Tokio
Para Hirohito Ogi, actual investigador principal del Instituto de Geoeconomía de Tokio, este rechazo es esperado, e inversamente proporcional al apoyo que Japón provee a la medida por los mismos motivos. “Personalmente pienso que la adquisición de submarinos nucleares de Corea del Sur sería un desarrollo bienvenido con Japón. Tales capacidades podrían contrabalancear la de los submarinos chinos”, sostuvo a principios de mes en una entrevista con periodistas coreanos.

Esto es importante para un Japón que, afirma, recientemente ha virado sus preocupaciones de seguridad, de Corea del Norte a China: “China es ahora el mayor desafío, y Corea del Norte viene segundo. Esto refleja la preocupación actual dentro de Japón de una potencial crisis en el estrecho de Taiwán en lugar de un escenario de conflicto en la península de Corea“.
El cambio en el análisis estratégico japonés se expresó recientemente en las declaraciones de su flamante primera ministra, Sanae Takaichi, quien sostuvo que una invasión china a Taiwán, territorio que Beijing reclama como propio, sería considerado una “amenaza existencial” que podría desencadenar el uso de sus fuerzas armadas, diseñadas constitucionalmente para utilizarse solo en funciones de defensa. Estas declaraciones también tuvieron eco en lo que dijo el presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, después de su cumbre con Donald Trump en octubre, donde señaló las limitaciones de los submarinos a diésel surcoreanos y la amenaza de sus contrapartes chinas. “No estoy seguro qué tanto pueden cambiar los objetivos estratégicos de Corea del Sur, pero el hecho de que el presidente Lee subrayara la amenaza de los submarinos chinos es significativo para Japón“, señaló Ogi: “Indica que las amenazas que enfrentan Japón y Corea en la región se superponen cada vez más”.

En este sentido, Ogi señaló que la profundización de las ambiciones submarinas de Corea del Sur podría abrir un canal de colaboración con Japón que en última instancia ponga un freno a las ambiciones chinas: “Si ambos países tuvieran este tipo de submarinos, la posibilidad de operaciones conjuntas que incluyan a los Estados Unidos podría volverse una posibilidad real”.
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