El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Kęstutis Budrys, advirtió en la Conferencia de Seguridad de Berlín que las operaciones de Rusia y China en el Ártico constituyen una amenaza directa a la infraestructura de la OTAN y a la seguridad de sus aliados, especialmente los Estados bálticos. Según Budrys, Rusia convirtió la región en uno de sus pilares estratégicos clave, en términos militares y económicos.

En este sentido, Budrys explicó que con la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN, se creó un nexo estratégico entre el mar Báltico y las aguas del norte. “Cualquier conflicto en el Ártico tendrá un impacto directo en la región báltica, desde cambios en el despliegue naval hasta amenazas híbridas como la interferencia de GPS o ciberataques”, señaló el ministro lituano.
Además, el diplomático advirtió que la economía rusa está vinculada intrínsecamente al Ártico, una zona que representa aproximadamente el 11 % del PIB de Rusia. Debido a las sanciones occidentales, Moscú depende cada vez más de la Ruta Marítima del Norte para sus exportaciones energéticas, utilizando una “flota paralela” para transportar gran parte de su petróleo por esa vía.
Budrys también subrayó la creciente implicación de China en el Ártico, advirtiendo que su presencia, aunque presentada como científica o comercial, se está transformando en una asociación estratégica con Rusia centrada en infraestructura, minerales e investigación.

Para afrontar estos desafíos, Lituania pide que la OTAN permanezca activa en el Ártico y refuerce sus capacidades. Budrys afirmó que ya se están fortaleciendo las defensas antiaéreas, la inteligencia y la vigilancia marítima en el norte.
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