Entre el 5 y el 15 de noviembre, unidades de la Armada Argentina ejecutaron un operativo de patrullaje intensivo en zonas críticas de la frontera marítima, en un contexto marcado por el avance sostenido de flotas pesqueras extranjeras sobre el borde de la Zona Económica Exclusiva (ZEE). Así, el Comando Conjunto Marítimo (CCM) concluyó una nueva fase de la Operación “Mare Nostrum V”, el dispositivo permanente que coordina el Estado Mayor Conjunto para reforzar la vigilancia y el control en las aguas jurisdiccionales del Atlántico Sur.

La misión combinó medios navales y aéreos, como el patrullero oceánico ARA “Contraalmirante Cordero”, uno de los OPV de la División de Patrullado Marítimo y un P-3C Orion, aeronave de exploración de largo alcance clave para la vigilancia estratégica. Ambos medios operaron sobre un área que abarcó el Canal Beagle, el Área Marina Protegida Yaganes, el Estrecho de Le Maire, la boca oriental del Estrecho de Magallanes y el límite exterior de la ZEE frente a Chubut. El objetivo fue claro: identificar, clasificar y seguir la actividad de la flota pesquera extranjera que se concentra sobre la “milla 201”, una de las zonas con mayor presión de explotación de recursos ictícolas del hemisferio sur.
La operación detectó más de 40 buques pesqueros y logísticos extranjeros operando sobre el borde de la ZEE. El P-3C Orion cubrió más de 641.000 millas náuticas cuadradas en apenas 15 horas de vuelo, lo que permitió trazar patrones de movimiento y densidad de la flota. El ARA “Contraalmirante Cordero” aportó identificación visual, transmisión de datos en tiempo real y patrullaje disuasivo, reforzando la presencia nacional sobre un corredor donde el riesgo de pesca ilegal no declarada y no reglamentada (INDNR) es permanente.
Una operación que combina vigilancia, disuasión y alerta estratégica
“Mare Nostrum V” no es una misión aislada: es parte de un esquema integrado que busca incrementar el control efectivo de los espacios marítimos australes y aportar capacidades de alerta temprana frente a incursiones ilícitas, así como también fortalecer la disuasión activa en un entorno donde la competencia por recursos es creciente. El Estado Mayor Conjunto destacó que la sinergia entre el OPV y el Orion “mejoró la profundidad y eficiencia del control marítimo”, un punto clave en un año donde la actividad de flotas asiáticas y europeas se mantiene en niveles récord sobre el borde de la ZEE.

Además, las maniobras ocurren en un escenario cada vez más disputado. El Atlántico Sur enfrenta hoy tres tensiones estructurales, como la presión pesquera extranjera permanente, especialmente sobre el calamar illex, el incremento de la presencia naval británica en el Atlántico Sur y Malvinas, que obliga a Argentina a sostener vigilancia constante, y la necesidad de reforzar capacidades nacionales, en un contexto presupuestario limitado y con desafíos logísticos crecientes. En ese marco, operaciones como “Mare Nostrum V” funcionan como un instrumento de control y de señal política de que Argentina busca marcar presencia, monitorear y documentar el comportamiento de las flotas que operan en el límite de sus recursos.
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