El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minimizó públicamente las conclusiones de los servicios de inteligencia estadounidense, que afirman que el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman pudo haber aprobado el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi. Este giro se produce justo cuando Washington está avanzando en un acuerdo de venta de aviones cazas F-35 a Arabia Saudita, lo que suscitó las críticas sobre Trump.

Según el informe desclasificado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) en 2021, la comunidad de inteligencia evaluó que Mohammed bin Salman “aprobó una operación en Estambul para capturar o matar a Khashoggi”. Sin embargo, durante una visita del príncipe a la Casa Blanca, Trump afirmó que “no sabía nada” sobre el asesinato y desvió la atención criticando al periodista como “muy polémico”.
Por su parte, Arabia Saudita rechazó las conclusiones del informe y calificó las acusaciones como “injustificadas” e “incorrectas”, argumentando que no existen pruebas definitivas que vinculen directamente al príncipe a la operación criminal. Bin Salman, en tanto, declaró que su país realizó “todas las medidas correctas” para investigar la muerte de Khashoggi y ha admitido que fue “doloroso” pero un “gran error”.
El momento elegido por Trump para desestimar estas conclusiones coincide con su anuncio de aprobar la venta de hasta 48 aviones cazas F-35 stealth a Arabia Saudita, una operación que representaría un reforzamiento militar clave para la monarquía saudí. La decisión marca un viraje en la política exterior estadounidense, especialmente luego de años en los que el asesinato de Khashoggi generó fuertes críticas internacionales.

Críticas por el acercamiento entre Estados Unidos y Arabia Saudita
Organismos de derechos humanos condenaron la postura de Trump. Activistas acusaron al presidente de ignorar las violaciones de derechos humanos en Arabia Saudita, y de permitir un trato privilegiado al príncipe pese a las pruebas de su implicación en el crimen. En paralelo, la venta de los F-35 suscitó preocupación entre aliados por el equilibrio militar en Medio Oriente y el posible acceso de tecnología sensible a potencias rivales.
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