El gobierno del Reino Unido emitió una advertencia pública inusual, tras confirmar que el buque ruso Yantar, identificado como una plataforma de inteligencia submarina, se encuentra “en el borde de las aguas británicas” al norte de Escocia. La información fue divulgada por el secretario de Defensa, John Healey, en una conferencia en Downing Street, en medio de un creciente debate interno sobre la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas marítimas.

Según Healey, el Yantar —conocido por sus capacidades para mapear y potencialmente interferir con cables submarinos— llevaba semanas navegando dentro de la zona económica exclusiva británica. Durante ese periodo, dirigió láseres contra pilotos de la RAF que monitoreaban sus movimientos, una acción que Londres calificó como “peligrosa y deliberada”. “El mensaje al Kremlin es claro: los vemos, sabemos lo que están haciendo, y si el Yantar viaja hacia el sur, estamos preparados”, afirmó Healey.
Cabe recordar que el Yantar depende de la Dirección Principal de Investigaciones en Aguas Profundas (GUGI), el brazo de operaciones submarinas del Kremlin. A diferencia de los buques oceánicos tradicionales de la Armada rusa, este tipo de plataformas está diseñado para rastrear y mapear cables submarinos de comunicaciones, incluidos los que conectan al Reino Unido con Europa y Norteamérica, así como también operar a gran profundidad, utilizando vehículos sumergibles tripulados y no tripulados.
Incremento en las reglas de enfrentamiento y vigilancia
Tras los episodios de esta semana, el Ministerio de Defensa británico actualizó las reglas de actuación naval, habilitando a la Royal Navy a acercarse más al buque espía ruso y a monitorear sus maniobras en tiempo real. También se desplegó una fragata británica, aeronaves de patrulla marítima de la RAF y un submarino de ataque de propulsión nuclear —que, según Healey, en una ocasión navegó junto al Yantar sin que la tripulación rusa lo detectara.

La nueva postura de defensa se enmarca en lo que Healey describió como “una nueva era de amenazas”, donde Moscú combina operaciones de inteligencia, presión híbrida y capacidades militares convencionales en el Atlántico Norte. Puntualmente, esta retórica coincide con la publicación de un informe del Comité de Defensa del Parlamento británico, que advierte que el Reino Unido “carece de un plan integral de defensa del territorio y la infraestructura crítica”, señalando retrasos en la construcción de nuevas plantas de producción de municiones y una dependencia creciente de tecnologías de terceros países.
Por estos motivos, la presencia del Yantar reactivó preocupaciones sobre la protección de cables submarinos, responsables del 97% del tráfico global de internet y comunicaciones, así como también sobre la vulnerabilidad de plataformas militares y civiles ante sensores, equipos de escucha y software de origen extranjero.
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