El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el plan de Trump para la Franja de Gaza, que contempla un gobierno transitorio y el despliegue de una fuerza internacional de estabilización, con 13 votos a favor y las abstenciones de China y Rusia.

La resolución 2803 del organismo internacional cristaliza lo que Hamas e Israel ya habían acordado en su frágil alto al fuego, que derivó en el intercambio de los últimos rehenes que todavía quedaban en la Franja de Gaza a cambio de prisioneros palestinos en cárceles del estado judío. A partir de ahora, y con un mandato hasta fines de 2027, ya existe un respaldo internacional a los próximos pasos previstos en el diagrama, que hacían referencia a la necesidad de un gobierno de transición que eventualmente permita la autonomía del enclave palestino.
Eso se canalizará a través de la denominada Junta de Paz, una “autoridad transitoria” que estará presidida por el presidente de Estados Unidos y que “se encargará de supervisar la reconstrucción y el proceso de recuperación económica” de Gaza. Este gobierno interino tendrá como objetivo garantizar el orden en la zona de guerra y hacer cumplir aspectos clave del acuerdo, como el repliegue de Israel y la destrucción de la infraestructura militar de Hamas.
Para eso, contará con el respaldo de una fuerza internacional de estabilización (ISF, por sus siglas en inglés), que trabajará con un departamento de policía palestino que todavía debe entrenarse. También tendrán bajo su órbita el correcto despliegue de la ayuda humanitaria, en un territorio bajo ya dos años de guerra donde la ONU ha emitido denuncias sobre el uso por parte de Israel de la hambruna como arma de guerra.

El programa fue apoyado por un conjunto de países árabes que incluye a Qatar, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Indonesia, Pakistán, Jordania y Turquía. También por la Autoridad Palestina, la entidad reconocida globalmente para representar a este pueblo, que gobierna en Cisjordania y fue expulsada de Gaza por Hamas en 2008.
Tanto el grupo terrorista como Israel rechazan algunas de las implicaciones a mediano y largo plazo del acuerdo, que hoy sostiene un frágil alto al fuego en el enclave. Hamas afirmó en un comunicado que “no se desarmará”, al tiempo que calificó de “legítima” su insurgencia armada y sostuvo que la resolución 2803 abre la puerta a “un mecanismo de tutela internacional” que les resulta inaceptable.
En cambio, desde Tel Aviv celebraron la sanción del Consejo de Seguridad pero miran con desconfianza el pretendido final del programa, que contempla la creación de un estado palestino, algo a lo que tanto el primer ministro Benjamin Netanyahu y miembros de su coalición y gabinete se han opuesto en repetidas ocasiones.
Rusia y China se abstienen de votar el plan de Trump para Gaza
Como se mencionó, la resolución 2803 no tuvo oposición pero si se abstuvieron de participar Rusia y China, que emitieron veladas críticas al proyecto estadounidense.
El Gobierno chino ha explicado este martes que su decisión de abstenerse en la votación sobre la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Gaza, basada en el plan del Gobierno de Estados Unidos, responde a la “vaguedad” en ciertas cuestiones relacionadas con los derechos políticos de Palestina.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, ha detallado que el proyecto de paz estadounidense “es vago en cuestiones clave relativas a los acuerdos de posguerra” y “no refleja lo suficiente principios importantes como la gobernanza palestina y la solución de dos Estados”.
En tanto, el embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzya, criticó el peso institucional de la llamada Junta de Paz, así como de la eventual fuerza internacional, sin que se defina el rol de las Naciones Unidas en la transición. “Estamos dando nuestra bendición a una iniciativa estadounidense basada en las promesas de Washington”, sostuvo.
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