Estados Unidos decidió retirar un sistema de misiles de Japón, mientras el nuevo gobierno en Tokyo aumenta la escalada discursiva contra China por sus ambiciones territoriales sobre Taiwán. El sistema en cuestión es el Typhon de mediano alcance, que permitía a Japón lanzar misiles Tomahawk con un alcance de 1800 kilómetros. Con estas características, Japón era estratégicamente capaz de alcanzar importantes ciudades de China como Beijing, la capital, y Shanghai desde su base en Iwakuni, en la prefectura de Yamaguchi.

Localizados en este punto desde el ejercicio conjunto japonés-norteamericano “Resolute Dragon 2025” en septiembre, el Ministerio de Defensa japonés confirmó que fueron retirados el pasado lunes 17 de noviembre.
El retiro de los sistemas ya se había postergado de su fecha original, ya que al momento de instalarlos en Iwakuni, el Ministerio de Defensa japonés afirmó que permanecerían solo una semana más luego del fin de los ejercicios, el pasado 25 de septiembre.
Ya en el momento del despliegue, habían sido recibidos con quejas oficiales por parte de Rusia y China, aunque Estados Unidos afirmó que eran indispensables para ensayar una respuesta bélica rápida en la región.
La primera ministra de Japón escala la confrontación discursiva contra China
El movimiento estadounidense se da luego que la nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, elevara la voz desde el archipiélago sobre las ambiciones territoriales de China sobre Taiwán, a las que consideró “una amenaza existencial” para su país.
Primera mujer en gobernar Japón, Takaichi dijo hace dos semanas ante el Parlamento que una operación armada de China contra Taiwán podría justificar el envío de tropas para apoyar a esa isla, que Pekín reclama y no descarta tomar por la fuerza.

La respuesta china llegó a través de Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, quien dijo: “Las falacias de Takaichi violan gravemente el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales”. La vocera también añadió que sus comentarios “dañan fundamentalmente la base política de las relaciones entre China y Japón“.
Takaichi ha sido históricamente considerada parte del ala más hostil contra China en la política japonesa, y en el pasado ha suscitado resquemores de la potencia vecina por sus visitas al santuario Yasukuni, donde se honra a los militares japoneses caídos, pero entre ellos a algunos que cometieron crímenes de lesa humanidad en la Segunda Guerra Mundial o a ciudadanos chinos y coreanos que fueron obligados a pelear.
Como represalia por sus comentarios, China instó a sus ciudadanos a no viajar a Japón en el futuro próximo, y suspendió el estreno de dos películas japonesas. El impacto de estas medidas en la economía japonesa no puede subestimarse. Solo en turismo, China es la mayor fuente de visitantes —casi 7,5 millones en los primeros nueve meses de 2025—. En respuesta a la escalada entre ambos países, el índice bursátil japonés Nikkei 225 cae este martes más del 3%.
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