El Ministerio de Defensa del Reino Unido emitió nuevas directrices de seguridad orientadas a limitar cualquier conversación sensible dentro de los vehículos oficiales utilizados por tropas y personal civil, ante el creciente temor de que China esté utilizando sistemas electrónicos para espiar movimientos militares y acceder a información clasificada. La medida afecta a toda la llamada white fleet, compuesta por miles de autos, camionetas y minibuses empleados para tareas logísticas en bases del país y misiones en el extranjero.

En cada unidad de este estilo se colocaron advertencias visibles sobre los tableros, como “Avoid conversations above OFFICIAL within the vehicle” o “MOD devices are NOT to be connected to vehicle” (en español, evite conversaciones sobre asuntos oficiales en el vehículo). Estas restricciones abarcan desde simples charlas operativas hasta discusiones tácticas, con el objetivo de impedir que información sensible sea captada por sistemas de conectividad integrados en autos modernos —particularmente aquellos con componentes electrónicos de origen chino.
La decisión de la cartera no surge de la nada, ya que en 2023 una investigación de seguridad reveló que un rastreador de fabricación china había sido instalado dentro de un vehículo gubernamental, presuntamente utilizado por el entonces primer ministro Rishi Sunak. El episodio detonó alarmas en Whitehall y motivó auditorías profundas sobre flotas oficiales, proveedores y sistemas electrónicos y, desde entonces, Londres adoptó una serie de medidas, como vetos a vehículos eléctricos chinos en instalaciones militares sensibles; la revisión de personal con posible nexo con Rusia o China o la deshabilitación de hardware chino en redes gubernamentales de alto nivel.
Antecedentes e incremento del riesgo
La advertencia emitida esta semana constituye la evolución de esta estrategia, pero con un foco ampliado: la vigilancia acústica y de datos dentro de vehículos con software integrado fabricado en China. Analistas de inteligencia británicos y estadounidenses coinciden en que China ha expandido su presencia en la cadena de suministro de automotores mediante sistemas de navegación (GPS y BeiDou); módulos de conectividad integrados; motores eléctricos con firmware actualizable en remoto y sensores y cámaras de asistencia autónoma.

Según fuentes citadas por la prensa británica, varias marcas proveedoras de flotas públicas utilizan componentes o firmware de origen chino que pueden transmitir telemetría, geolocalización e incluso audio ambiental sin autorización. La preocupación principal del MoD es que estas capacidades permitan a Beijing monitorear movimientos de tropas, conocer rutinas logísticas o interceptar discusiones tácticas o administrativas.
El diputado conservador Mark Francois celebró la decisión, afirmando que “finalmente algunas áreas del Gobierno están tomando en serio la amenaza de espionaje chino”. “Podemos aprender de Estados Unidos, que mantiene restricciones mucho más severas. En esta era, una charla descuidada cuesta vidas”, afirmó el funcionario.
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