Algunas marcas europeas que fabrican sistemas para contrarrestar drones están creciendo mientras el continente se prepara para defenderse de este tipo de armamento, cuyo uso creció exponencialmente con la guerra entre Rusia y Ucrania.
Europa misma se encuentra asolada por estos aparatos tanto en su frontera oriental como en su interior, donde avistamientos de drones llevaron a la parálisis de aeropuertos civiles en países como Alemania, Reino Unido, Dinamarca y Bélgica, y también fueron reportados en las cercanías de distintas bases militares. Aunque las autoridades locales no acusaron directamente a Rusia por estas incursiones, numerosos analistas coinciden en que este tipo de acciones se enmarcan en la estrategia de “guerra híbrida” de Moscú.

La estrategia europea para contrarrestar esta amenaza tiene varios frentes: por un lado se planteó el desarrollo de una defensa anti-drones en la frontera, mientras que dentro del territorio se están flexibilizando las legislaciones que, hasta ahora, hacían difícil bajar un dron cuando estaba en el aire.
En este contexto prosperan algunas marcas europeas que se dedican a “interferir” las señales de los drones para que estos pierdan el control y caigan o puedan ser intervenidos. Esta es una práctica extendida en el frente de batalla ucraniano, donde los rusos han comenzado a equipar sus vehículos no tripulados con fibra óptica para no depender de las señales o con una antena extra para mantener el manejo de los drones.
Las compañías europeas que prosperan con la estrategia anti-drones europea
Localizados en Dinamarca, uno de los países que sufrió algunos de los episodios más severos de avistamientos de drones en aeropuertos y bases militares, las firmas Weibel Scientific’s y MyDefence viven un crecimiento tan inesperado como las apariciones de aeronaves no tripuladas en el frente doméstico.
Antes relacionadas mayormente con contratos de defensa, actualmente también llegan a sus puertas clientes civiles, que buscan proteger infraestructura como aeropuertos y otras infraestructuras críticas, que de pronto se volvieron vulnerables a la aparición de drones, que pueden ser usados tanto en tareas de ataque como de recolección de datos.

Como se mencionó, uno de estos eventos se vivió en Dinamarca, donde el aeropuerto de Copenhagen estuvo paralizado el lunes 22 de septiembre por la aparición de drones en sus cercanías. Además, una situación análoga se vivió cinco días después en la base militar de Karup, la más grande del país, donde estos aparatos captaron la atención de los vigías.
Las autoridades danesas aseguraron que las maniobras en el aeropuerto de Copenhagen habían sido realizadas por “un actor con capacidad” para maniobrar y disponer de este tipo de vehículos. La primera ministra de Dinamarca, Mette Fredericksen, señaló que ese hecho representó “la más crítica amenaza a infraestructura danesa hasta la fecha”.

Los hechos se produjeron días antes de una cumbre de líderes de la OTAN en Dinamarca, para la cual Weibel Scientific’s desplegó su radar de detección de drones. Más adelante, también proveyeron de esta tecnología al aeropuerto de Copenhagen, para así también evitar que se repitieran eventos como los de septiembre.
En cambio, la firma MyDefence se especializa en tecnologías para interferir los drones. Entre ellas destacan aparatos capaces de ser llevados en la mano que sintonizan con las frecuencias de radio que vinculan a drones y pilotos para poder neutralizar su amenaza. Aunque hasta el momento esta acción estaba fuertemente regulada en los países de la Unión Europea, las mencionadas incursiones llevaron a países como Alemania o Dinamarca a flexibilizar su política de interferencia de drones, lo que indirectamente acabó beneficiando a MyDefence.
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