Ucrania desplegará su primer sistema defensivo tipo muro de drones para interceptar drones Shahed y bombas planeadoras rusas, según confirmó la empresa occidental Atreyd, fabricante de la tecnología. El sistema, descrito como un “campo minado aéreo” compuesto por decenas de drones FPV, se integrará al esquema de defensa aérea ucraniano en un momento de incremento de ataques rusos contra ciudades e infraestructura crítica.

El sistema de Atreyd ya fue entregado a Ucrania y se encuentra en fase de instalación operativa. Su diseño combina plataformas terrestres de lanzamiento, algoritmos de inteligencia artificial y drones armados con cargas explosivas de baja potencia que se posicionan en el aire para detonar cerca de un objetivo entrante. La empresa señaló que el sistema funciona como una “última capa” dentro del escudo defensivo, pensado para actuar cuando la saturación aérea supera la capacidad de los medios convencionales. Este despliegue será el primer uso real de un sistema de estas características en un conflicto moderno.
El desarrollo responde a dos amenazas que hoy concentran el mayor nivel de desgaste para la defensa ucraniana: los drones Shahed utilizados por Rusia en ataques nocturnos masivos y las bombas planeadoras lanzadas desde aviones fuera del alcance ucraniano. La introducción reciente de motores a reacción en algunas de estas municiones incrementó su velocidad y redujo aún más los tiempos de reacción. Atreyd indicó que su sistema incorpora mapas tridimensionales precargados que permiten operar sin GPS, un dato relevante en un entorno saturado por guerra electrónica.

El proyecto fue uno de los finalistas del “Innovation Challenge” organizado por la OTAN en marzo, que buscaba soluciones de bajo costo capaces de responder a la proliferación de sistemas rusos de ataque autónomo. Según Atreyd, el costo por intercepción es de apenas unos miles de dólares, y los drones que no detonan pueden regresar a sus plataformas para ser reutilizados. La compañía también afirmó que un único operador puede controlar hasta 100 drones, lo que reduce las exigencias de personal y acelera la integración en unidades tácticas ucranianas.
El despliegue inicial estará concentrado en la protección de ciudades e instalaciones energéticas, que suelen enfrentar ataques combinados de Shahed y misiles. Una vez evaluado su rendimiento, el muro de drones podría trasladarse más cerca del frente para intentar reducir el impacto de las bombas planeadoras, que continúan causando daños significativos en posiciones defensivas y depósitos logísticos. Por razones de seguridad, Atreyd evitó detallar la ubicación precisa del sistema, aunque anticipó que se mantendrá fijo en territorio ucraniano y podrá escalar mediante la producción local de drones.

El despliegue coincide con una aceleración de los ataques rusos y con ajustes en las trayectorias y perfiles de vuelo de los Shahed, lo que genera nuevos desafíos para los sistemas occidentales. Para los aliados de la OTAN, la puesta en marcha del muro de drones representa un laboratorio operativo real que permitirá evaluar nuevas defensas autónomas pensadas para escenarios saturados.
Para Ucrania, es una pieza adicional dentro de un entramado que combina artillería antiaérea, misiles, guerra electrónica y sistemas de corto alcance presionados por la dimensión de los ataques rusos. La empresa resumió el desafío con una advertencia: si los aliados no adaptan sus defensas a la velocidad del desarrollo de nuevas armas aéreas, “el costo estratégico será alto”.
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