La Fuerza Aérea de Estados Unidos desplegó bombarderos estratégicos B-52H Stratofortress en la base aérea de Morón, España, como parte de la misión Bomber Task Force Europe 26-1, que busca reforzar la disuasión de la OTAN, la interoperabilidad con aliados europeos y la capacidad de respuesta rápida en el flanco oriental y el Alto Norte. Según informó el Departamento de Guerra de EE.UU., las aeronaves pertenecen al 2nd Bomb Wing de la base de Barksdale (Luisiana) y operarán junto a fuerzas aéreas de Finlandia, Lituania, Suecia y otros aliados, en una serie de ejercicios combinados de planificación, mando y control e incursiones multilaterales.

El despliegue, subrayan las autoridades, “demuestra el compromiso sostenido de Estados Unidos con la seguridad europea y la capacidad de proyectar poder aéreo global en apoyo de la defensa colectiva de la OTAN”. La Bomber Task Force (BTF) es el nombre que utiliza la Fuerza Aérea de EE.UU. para sus despliegues rotativos de bombarderos de largo alcance en distintas regiones del mundo. En el caso europeo, los bombarderos se “adelantan” a bases como Morón (España), Fairford (Reino Unido) u otras y realizan ejercicios conjuntos con fuerzas aéreas aliadas y asociadas, donde también practican misiones de ataque de largo alcance, integración con cazas, defensa aérea y operaciones de mando y control bajo un marco OTAN.
En este contexto, la rotación Europe 26-1 está enfocada en la defensa del flanco oriental y báltico, con énfasis en la cooperación con Finlandia, Suecia y Lituania; las operaciones en el Alto Norte, un área cada vez más sensible por el deshielo ártico y la actividad militar rusa; y, por último, en validar la capacidad de EE.UU. de proyectar rápidamente su fuerza de bombarderos desde Norteamérica a Europa y operar bajo mando combinado.
El rol del B-52 en la disuasión nuclear y convencional de la OTAN
El B-52H Stratofortress es uno de los bombarderos de largo alcance más longevos y versátiles del mundo, y el único de su tipo operado dentro de la OTAN por Estados Unidos. Washington mantiene 76 B-52H bajo el Air Force Global Strike Command, aviones que pueden transportar cerca de 70.000 libras de armamento, bombas guiadas JDAM, misiles de crucero AGM-158 JASSM y misiles antirradiación (SEAD).

Mientras Rusia opera sus propios bombarderos estratégicos —como el Tu-95MS y el Tu-160, portadores de misiles de crucero nucleares y convencionales—, la presencia de B-52 en Europa funciona como un recordatorio visible de la capacidad de respuesta de la OTAN y del peso específico de Estados Unidos en el equilibrio estratégico. Y es que el contexto del despliegue no es neutro: la rotación BTF 26-1 se produce mientras la OTAN sigue reforzando su postura de disuasión frente a una Rusia más asertiva en Europa del Este, y Finlandia y Suecia integran cada vez más sus fuerzas aéreas en ejercicios de alto nivel con EE.UU.

El Báltico y el Alto Norte se consolidan como áreas de fricción, donde la vigilancia aérea, el control de rutas marítimas y la presencia permanente son vitales. Para potenciales adversarios, como Moscú, el mensaje es igualmente claro: la alianza atlántica mantiene bombarderos estratégicos listos, interoperables y desplegables en cuestión de horas, capaces de sostener operaciones de largo alcance en coordinación con las fuerzas locales.
Te puede interesar: La Fuerza Aérea de EE.UU. despliega dos bombarderos B-52 a 70 kilómetros de las costas de Venezuela













