El comandante del Ejército de Estados Unidos en el Indo-Pacífico, general Ronald Clark, afirmó que el principal riesgo para Washington en la región es la inacción frente al avance de China. En el marco de la conferencia AFCEA TechNet Indo-Pacific, el jefe del U.S. Army Pacific (USARPAC) sostuvo que el Ejército estadounidense debe transformarse continuamente para evitar “llegar tarde” ante un conflicto o crisis regional, destacando que “el costo del fracaso es demasiado alto”.

Clark describió al USARPAC como el “laboratorio de innovación” del Ejército, señalando que la transformación tecnológica es esencial para sostener la disuasión frente a China. “Debemos sentirnos cómodos con fallar rápido, iterar rápidamente y desarrollar mejores soluciones”, afirmó ante representantes de la industria de defensa y personal militar.
El oficial explicó que la estrategia Transformation in Contact, actualmente en marcha, busca acelerar la modernización operativa mediante la integración de inteligencia artificial, automatización de flujos de trabajo y sistemas no tripulados. “Estamos al frente de las pruebas de nuevos sistemas que permitirán una red unificada del Ejército basada en principios de zero trust y el empleo de sistemas aéreos no tripulados”, agregó.
Durante la exposición, soldados del USARPAC mostraron drones tácticos y embarcaciones no tripulados empleados en ejercicios experimentales. Aunque inicialmente se había previsto una demostración en vivo, Clark bromeó que el zumbido del aparato “asusta a todos en la sala”, ilustrando los desafíos logísticos y de interoperabilidad que aún enfrenta la fuerza.

El Comando del Indo-Pacífico es hoy el principal escenario de la competencia estratégica entre Estados Unidos y China, donde Washington concentra esfuerzos de disuasión y despliegue avanzado. Clark reconoció en entrevistas previas que los mayores desafíos del Ejército en la región son la llamada “tiranía de la distancia” —que complica la movilidad y el sostenimiento logístico de fuerzas estadounidenses a miles de kilómetros del territorio continental— y las “acciones cada vez más coercitivas del Ejército Popular de Liberación” en el Mar de China Meridional, el Estrecho de Taiwán y áreas del Pacífico occidental.
“No se trata solo del estrecho de Taiwán. Es en toda la región donde el EPL amenaza la soberanía de nuestros aliados y socios. Debemos estar en el lugar correcto, en el momento adecuado y con las capacidades necesarias no solo para igualar la amenaza, sino para disuadirla”, subrayó el general Clark.

El concepto de disuasión integrada continúa siendo la piedra angular de la estrategia estadounidense en el Indo-Pacífico. Clark enfatizó que el éxito depende tanto de la innovación tecnológica como del compromiso político y militar con los aliados regionales. “Nuestra máxima obligación es la disuasión. Sabemos que el costo del fracaso es demasiado alto, y se lo debemos a nuestros soldados, a sus familias y a nuestros aliados y socios estar preparados para cualquier desafío”, afirmó.
Fuentes del Departamento de Defensa sostienen que, bajo la administración Trump, la estrategia del U.S. Indo-Pacific Command (INDOPACOM) se ha centrado en combinar proyección de fuerza convencional, autonomía táctica y supremacía tecnológica para compensar la expansión militar china. Esto incluye el despliegue de sistemas no tripulados, el desarrollo de capacidades hipersónicas y el fortalecimiento de infraestructuras en Guam, Filipinas y Australia.
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