Luego de recientes publicaciones en redes sociales que revivieron el debate sobre las llamadas islas fantasma del Atlántico Sur, fuentes oficiales y académicas confirmaron que las Islas Aurora, también conocidas como Rocas Cormorán (Shag Rocks) y Roca Negra (Black Rock), cumplen un papel central en la extensión de la Plataforma Continental Argentina, reconocida por la ONU en 2016. Ubicadas a unos 1.200 kilómetros al este de la Isla de los Estados y 230 kilómetros al noroeste de las Islas Georgias del Sur, estas formaciones rocosas integran el territorio reclamado por la Argentina como parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, mientras que el Reino Unido las administra como parte del Territorio Británico de Ultramar de las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

A pesar de su reducida extensión, menos de 0,2 km² y sin población estable, las Islas Aurora poseen un valor geopolítico, jurídico y científico relevante. Su ubicación sobre la Dorsal del Scotia, un cordón submarino que conecta el extremo sur de América con la Antártida, otorga a la Argentina argumentos geológicos para sustentar su reclamo sobre la plataforma continental extendida, en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR).
La importancia de este enclave quedó formalizada en la Ley 27.757, promulgada en 2020, que incorporó la nueva demarcación del límite exterior de la plataforma argentina según lo ratificado por la ONU. Esa ampliación supuso la incorporación de 1.782.500 km² adicionales bajo soberanía nacional, lo que equivale a un incremento del 35% de la superficie marítima reconocida.
Una disputa de larga data entre ciencia y soberanía
El origen del reclamo argentino sobre las Islas Aurora se remonta al período colonial. Fueron avistadas por primera vez en 1762 por el navío español Aurora, bajo el mando de José de la Llana, y cartografiadas en 1794 por la expedición Malaspina, durante la misión de la fragata Atrevida. El historiador Marcelo Fabián Figueroa, explica que la expedición tuvo un doble propósito:
“El viaje de la Atrevida no solo buscaba registrar la existencia de hielos flotantes en la ruta Cádiz-Lima, sino también reforzar la presencia política y científica de España frente al avance británico en el Atlántico Sur.”
Tras la independencia, la Argentina heredó los derechos españoles sobre el archipiélago bajo el principio del uti possidetis iuris, que reconoce la continuidad territorial de las jurisdicciones coloniales. Desde entonces, las Aurora figuran en los mapas nacionales como parte del espacio marítimo argentino.

La Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (COPLA) fue la encargada de elaborar durante más de dos décadas la presentación técnica que permitió definir la extensión reconocida por la ONU. Según el informe oficial, “la determinación del límite exterior de la plataforma continental argentina reafirma los derechos soberanos del país sobre el lecho y subsuelo marino, incluyendo las áreas circundantes a las Islas Aurora”. El documento destaca además que los estudios geológicos, sísmicos y batimétricos realizados confirman la continuidad natural entre el talud continental argentino y la Dorsal del Scotia, donde se ubica el pequeño archipiélago.
Entre el mito cartográfico y la confirmación científica
Durante los siglos XVIII y XIX, las Islas Aurora adquirieron fama de islas fantasma. Eran mencionadas en mapas náuticos sin una localización precisa, y durante décadas se creyó que podían haber sido producto de errores de navegación o ilusiones ópticas provocadas por los hielos y la niebla del Atlántico Sur. No obstante, investigaciones recientes demostraron su existencia física. Publicaciones científicas en revistas como Nature y registros del Servicio Hidrográfico Naval argentino confirman que las formaciones emergen hasta 71 metros sobre el nivel del mar y constituyen un hábitat de aves marinas como cormoranes y petreles.
El mito persistió, en parte, por un error de referencia geográfica: las primeras expediciones españolas tomaban como meridiano base el de Cádiz, mientras que las exploraciones británicas posteriores usaron el de Greenwich, lo que desplazó la posición de las islas en más de seis grados de longitud. Esa diferencia cartográfica las volvió “invisibles” durante más de un siglo, alimentando la idea de su inexistencia.
El reciente interés viral en redes sociales —donde varios usuarios compararon a las Aurora con casos como la Isla Sandy o la Isla Bermeja— reabrió el debate público sobre su estatus. Sin embargo, los mapas oficiales del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y las referencias del Ministerio de Defensa confirman que las Islas Aurora existen, están identificadas y se incluyen dentro del límite exterior de la Plataforma Continental Argentina.


En términos geopolíticos, las Aurora representan una pieza menor en superficie, pero significativa dentro del rompecabezas soberano del Atlántico Sur. Su inclusión dentro de la plataforma continental fortalece el argumento argentino ante Naciones Unidas y complementa el reclamo histórico sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
No obstante, su control efectivo sigue bajo administración británica. El Gobierno del Reino Unido las gestiona desde Stanley a través del comisionado de las Georgias del Sur y Sandwich del Sur, sin presencia humana permanente, aunque con visitas ocasionales de buques de patrulla o expediciones científicas.
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La nota dice algo que ya sabíamos “sin población estable”, prácticamente sin población. ¿Cómo va a hacer el RU el referéndum ídem al de 2013 en Malvinas? ¿cuál será el argumento del RU ahora ante la ONU para justificar una pertenencia que no le corresponde?
La plataforma continental lo dice todo, el Reino Unido es un invasor de más de 200 años que retiene las Islas Malvinas por una causa estratégica.
El problema Malvinas y zona de disputa, solo se resolverá con el uso de armas, en lo inmediato es impensable en lo mediato también, en un futuro lejano, es posible, teniendo sistemas nucleares y socios de guerra con poder de disuacion.
Más peligroso que argentino haciendo mapas
Qué frase gastada!….. seguro de un ssshileno! Si de algo carecen es de “originalidad”.