El portavoz del Ministerio de Defensa de China, coronel Jiao Bin, emitió una advertencia directa a Taiwán luego de que el Ejército de la isla celebrara la incorporación de su primer batallón equipado con tanques M1A2T Abrams, adquiridos a Estados Unidos. Durante una conferencia de prensa en Pekín, el funcionario sostuvo que “buscar la independencia por la fuerza es un callejón sin salida” y que “solo abandonando los planes separatistas y siguiendo la tendencia histórica hacia la reunificación a través del estrecho de Taiwán puede alcanzarse la verdadera paz”.

Jiao añadió que “la resistencia de las fuerzas independentistas de Taiwán no puede detener el curso de la historia”, en alusión a la política del Partido Comunista Chino que considera a la isla como parte inalienable del territorio nacional.
La declaración se produjo tras la ceremonia encabezada por el presidente Lai Ching-te, en la que Taiwán formalizó la entrada en servicio del nuevo material blindado. Tal como expuso Zona Militar, el acto tuvo lugar en el campamento de Hukou, donde se presentó el 3.º Batallón de la 584.ª Brigada Combinada, la primera unidad taiwanesa equipada con los M1A2T Abrams.
El programa forma parte de un acuerdo bilateral firmado en 2019 entre Taipéi y Washington por 108 tanques, valuados en unos 2.000 millones de dólares, con el objetivo de reemplazar a los veteranos M60A3 Patton y CM-11 Brave Tiger. Hasta la fecha, Taiwán ha recibido 80 unidades distribuidas en dos lotes, mientras que el tercero —con los 28 vehículos restantes— se completará en 2026.

Según Zona Militar, la llegada de los Abrams representa “un paso fundamental hacia una nueva formación, nuevo enfoque, nuevo equipamiento y nueva tecnología” para las Fuerzas Armadas taiwanesas, en palabras del presidente Lai. El nuevo blindado aporta mejoras significativas en protección, potencia de fuego y compatibilidad con sistemas de combate modernos, reforzando la capacidad disuasiva del Ejército frente al incremento de la actividad militar china en el Estrecho de Taiwán.
Desde Pekín, el discurso de Jiao Bin fue interpretado como una respuesta política al fortalecimiento de la cooperación militar entre Taipéi y Washington, que en los últimos años ha incluido entregas de sistemas de defensa aérea, misiles antibuque y plataformas acorazadas. El Ministerio de Defensa chino reiteró que considera estas transferencias como una “violación del principio de una sola China” y advirtió que adoptará “medidas firmes para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”.
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