El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, lanzó el pasado domingo una nueva advertencia al Gobierno del Líbano, acusándolo de incumplir los compromisos asumidos en el acuerdo de cese del fuego de 2024 y de permitir que Hezbolá mantenga su estructura armada activa en el sur del país. La tensión escala nuevamente en la frontera norte, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensifican operaciones preventivas contra el grupo respaldado por Irán.

“Hezbolá está jugando con fuego, y el presidente de Líbano está demorando las decisiones”, afirmó Katz en declaraciones recogidas por Fox News. “El compromiso del Gobierno libanés de desarmar a Hezbolá y retirarlo del sur debe cumplirse. No permitiremos una amenaza sobre los residentes del norte”.
Operaciones preventivas y doctrina post-7 de octubre
Según fuentes del Estado Mayor israelí, la 91ª División del Norte de las FDI completó recientemente su mayor ejercicio militar desde la guerra de 2023, enfocado en reforzar la capacidad de respuesta inmediata y la coordinación interarmas ante un eventual conflicto simultáneo terrestre, aéreo y marítimo en el norte. Un oficial israelí citado por Fox News Digital afirmó que Hezbolá “no entregó sus armas pesadas, sigue financiado por Irán y busca reconstituir sus posiciones”. El ejército israelí, añadió, “no esperará un nuevo 7 de octubre”, en alusión al ataque de Hamás que desató la guerra en Gaza.

El lunes, las FDI confirmaron la muerte de dos comandantes de la Fuerza Radwan, la unidad de operaciones especiales de Hezbolá, durante ataques en Nabatieh y Ayta ash Shab, zonas donde el grupo mantenía observadores y células de inteligencia activa. En paralelo, el enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, Thomas Barrack, describió recientemente a Líbano como “un Estado fallido, con un gobierno paralizado y un ejército superado”.
En sus declaraciones, el funcionario advirtió que Hezbolá paga a sus combatientes salarios superiores a los de las Fuerzas Armadas libanesas, lo que refuerza su control político y territorial. Y pese a los compromisos del acuerdo de alto el fuego de 2024 —que exigía el retiro de fuerzas armadas no estatales del sur del país y la integración de todo el armamento bajo autoridad estatal—, la milicia chiita mantiene presencia activa en zonas clave del valle de la Bekaa y el área de Tiro.
¿Hezbolá reconstruye su poder?
El ministro de Relaciones Exteriores libanés, Youssef Raggi, respondió a los recientes ataques israelíes instando a la comunidad internacional a presionar a Israel para “detener sus agresiones” y reiteró que Beirut “avanza gradualmente en su decisión de llevar todas las armas bajo control del Estado”. No obstante, según el diario israelí Haaretz, los servicios de inteligencia hebreos advierten que Hezbolá ha restablecido parcialmente su red logística con ayuda iraní a través de Siria e Irak, recuperando rutas utilizadas antes del colapso del régimen sirio. El grupo habría reabastecido su arsenal de misiles de corto y medio alcance, además de drones de reconocimiento y sistemas antitanque.
Esta reconstrucción contrasta con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que estableció en 2006 la prohibición expresa de presencia militar no estatal al sur del río Litani. A pesar de los informes de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL), el cumplimiento de esa disposición sigue siendo limitado.
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