La nueva carrera tecnológica de China combina capacidades de IA con DeepSeek y un uso operativo por parte del Ejército Popular de Liberación chino (EPL), mientras el próximo Plan Quinquenal institucionaliza la integración civil-militar para inteligentizar el poder militar. De los vehículos autónomos de Norinco a enjambres de drones y perros robot, Pekín busca autonomía de chips y algoritmos propios sin abandonar por completo hardware extranjero, elevando la velocidad de planeamiento y decisión en el campo de batalla.
Chips, patentes y compras públicas
En febrero, Norinco presentó el P60, un vehículo capaz de tareas de apoyo de combate a 50 km/h, impulsado por DeepSeek: una vitrina del salto de China hacia aplicaciones de IA con fines militares. Patentes, papers y licitaciones revisadas muestran a un EPL que explora reconocimiento autónomo de objetivos, apoyo a la decisión en tiempo real y despliegues con enjambres de drones y perros robot, junto a centros de mando inmersivos y wargaming avanzado.

Pese a restricciones estadounidenses sobre A100/H100, la documentación revela persistencia de chips Nvidia en investigación, al tiempo que crece el recurso a hardware doméstico como Ascend de Huawei. Tenders de 2025 indican preferencia de entidades del EPL por modelos DeepSeek frente a rivales locales, apuntalando la narrativa de soberanía algorítmica y reduciendo dependencia de Occidente, sin eliminarla del todo. La dirección de estas políticas apunta a modelos nacionales priorizados, abastecimiento mixto de cómputo y rápida prototipación de casos militares.
El Plan Quinquenal que unifica lo civil y lo militar
El próximo Plan Quinquenal (2026-2030) perfila la fusión civil-militar como mecanismo principal de modernización, integrando cadenas académicas, provinciales e industriales para que la innovación civil sirva automáticamente al EPL. La propuesta “AI-Plus” inserta requisitos militares desde la I+D básica hasta la adopción, creando tecnologías “nacidas dual-uso” y acortando la brecha entre avance comercial y aplicación castrense en ámbitos como visión artificial, robótica inteligente y análisis con modelos fundacionales.

Esta estructura no solo amortigua controles de exportación, sino que también reordena incentivos y gobernanza para sostener la competencia prolongada con EE.UU. Sin renunciar a mercados y talento globales, China busca autonomía de insumos críticos (chips, tierras raras, software) y una IA nativa que alimente sensores, ISR y mando-control del EPL. En este diseño, la ventaja ya no depende de un programa estrella, sino de un sistema capaz de transformar, a escala, innovación civil en poder militar bajo el paraguas del Plan Quinquenal.
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