El enviado especial del presidente ruso Vladimir Putin para la cooperación económica e inversiones internacionales, Kirill Dmitriyev, mantiene reuniones en curso con funcionarios del gobierno estadounidense, según confirmó una fuente cercana al proceso este domingo.

Los encuentros comenzaron los días 24 y 25 de octubre y continuarán este 26 de octubre, en el marco de lo que Dmitriyev describió como una serie de reuniones planificadas con antelación, orientadas al diálogo económico y a la exploración de “espacios de cooperación técnica” pese al clima de sanciones vigente.
Reuniones discretas en un contexto de alta tensión
De acuerdo con la información filtrada, las conversaciones incluyen a representantes de la administración del presidente Donald Trump, en un contexto en el que las relaciones bilaterales entre Washington y Moscú atraviesan su punto más tenso desde la Guerra Fría.
Las reuniones se producen apenas días después de que Estados Unidos impusiera sanciones contra las petroleras rusas Rosneft y Lukoil, decisión que provocó una dura respuesta del Kremlin y un llamado de Putin a “preservar los canales de comunicación con Washington”.

Dmitriyev, quien también se desempeña como presidente del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), había expresado previamente su “seria preocupación por la falta de diálogo estructurado” entre ambas potencias, subrayando la necesidad de mantener contactos técnicos en áreas económicas y financieras para evitar una ruptura total.
Un canal informal entre Moscú y Washington
Si bien el Kremlin no ha emitido una declaración oficial sobre los encuentros, diversas fuentes diplomáticas señalan que Dmitriyev actúa como interlocutor económico de confianza de Putin, con capacidad para transmitir mensajes políticos en el marco de conversaciones no formales.
Desde el entorno del RDIF se insistió en que la visita tiene carácter “estrictamente económico” y que forma parte de una agenda planificada con agencias multilaterales y grupos empresariales. Sin embargo, observadores internacionales interpretan estas reuniones como un posible intento de restablecer un canal de diálogo indirecto entre Moscú y Washington tras el deterioro político derivado de la guerra en Ucrania.
Señales de distensión o maniobra estratégica
El momento de la visita resulta significativo: coincide con las negociaciones sobre sanciones energéticas y la presión occidental por limitar las exportaciones rusas, así como con los esfuerzos de Trump por redefinir su política exterior hacia Rusia tras la fallida cumbre bilateral en Budapest.

Dmitriyev podría estar buscando mecanismos financieros paralelos que permitan sostener el flujo de inversión extranjera hacia Rusia, eludiendo parte de las restricciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. Aun así, el hecho de que la administración Trump haya aceptado sostener reuniones con un alto emisario del Kremlin indica un intento de mantener abierto un canal económico mínimo, incluso en un contexto de enfrentamiento político y militar indirecto en Europa del Este.
Diplomacia económica bajo presión
La figura de Kirill Dmitriyev es central en la diplomacia económica del Kremlin. Desde la creación del RDIF en 2011, ha sido uno de los principales promotores de inversiones conjuntas con países del Golfo, China y la India, y también uno de los arquitectos de los vínculos energéticos con Occidente antes de la guerra.
Su presencia en Estados Unidos, aunque de carácter técnico, podría preparar el terreno para futuras conversaciones políticas entre Moscú y Washington, especialmente si ambas potencias buscan reducir el riesgo de escalada y preservar canales de contacto económico esenciales.
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