La compañía india Reliance Industries Ltd, principal importadora de petróleo ruso del país, anunció que cumplirá con las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea contra las petroleras Rosneft y Lukoil, poniendo fin a las especulaciones sobre su posición ante las nuevas restricciones.

“Reliance adaptará sus operaciones de refinación para cumplir con los requisitos de las sanciones y seguirá manteniendo relaciones con sus proveedores”, indicó un vocero del conglomerado el 24 de octubre, subrayando que la empresa actuará de acuerdo con cualquier instrucción que emita el Gobierno indio.
Un giro obligado tras las sanciones a Rosneft y Lukoil
El anuncio se produce dos días después de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), incluyera por primera vez a Rosneft y Lukoil en su lista de entidades sancionadas. La decisión se enmarca en la creciente frustración del presidente Donald Trump ante la negativa del Kremlin a poner fin a la guerra en Ucrania.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, calificó la medida como una respuesta directa a la “persistente agresión rusa” y exhortó a los aliados de Washington a alinearse con el nuevo régimen de sanciones.
Un día después, la Unión Europea aprobó su 19º paquete de sanciones contra Moscú, que incluye una prohibición total de transacciones con Rosneft y una norma adicional: a partir del 21 de enero de 2026, los países del bloque no podrán recibir combustibles provenientes de refinerías que hayan procesado petróleo ruso en los 60 días previos al embarque.
Reliance busca mantener operaciones bajo nuevas reglas
Con sede en el estado de Gujarat, Reliance opera el complejo de refinación más grande del mundo, con capacidad para procesar más de 1,2 millones de barriles diarios. Según la agencia Press Trust of India, la empresa adquirió cerca de la mitad del crudo ruso que llegó a India en 2025, equivalente a unos 850.000 barriles por día.

En 2024, la compañía firmó un acuerdo de 10 años con Rosneft para importar 500.000 barriles diarios de petróleo a precios preferenciales, lo que convirtió a Reliance en un socio clave para la economía rusa frente a las sanciones occidentales.
Aunque la empresa no detalló cómo ajustará ese contrato a las nuevas disposiciones, enfatizó que cumplirá las normas de importación de la UE y recurrirá a su “estrategia de diversificación de suministros” para garantizar la continuidad de sus operaciones y del abastecimiento interno y exportador.
Impacto en la relación comercial entre India y Estados Unidos
La decisión de Reliance llega en un contexto de tensión económica entre Nueva Delhi y Washington. Desde agosto, el gobierno de Trump aplicó aranceles del 50 % sobre exportaciones indias como penalización por continuar comprando crudo ruso.
El mandatario estadounidense afirmó en varias ocasiones que India habría aceptado reducir sus compras de petróleo ruso como parte de un nuevo acuerdo comercial, aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores de India no ha confirmado tal compromiso.
Con China e India consolidándose como los principales destinos del crudo ruso con descuento, las nuevas sanciones podrían alterar el equilibrio energético en Asia y limitar el margen de maniobra de ambos países frente al sistema financiero occidental.
Rusia pierde a un socio estratégico en Asia
El alineamiento de Reliance con las sanciones representa un golpe simbólico y económico para Moscú, que había logrado sostener su flujo de exportaciones a través de la demanda asiática. Si otras empresas indias siguen el mismo camino, Rosneft podría perder uno de sus mayores clientes fuera de China, en un momento en que el mercado europeo sigue cerrado a sus productos energéticos.
Analistas energéticos señalan que esta decisión podría redefinir las rutas globales del petróleo ruso, obligando al Kremlin a depender más de redes intermediarias o de socios secundarios como Myanmar, Sri Lanka o Pakistán.

El caso Reliance refleja las dificultades de India para equilibrar sus intereses estratégicos entre Occidente y Moscú. Si bien el país asiático se ha beneficiado de los descuentos del crudo ruso desde 2022, las crecientes presiones financieras y comerciales de Estados Unidos podrían empujar al gobierno de Narendra Modi a diversificar su matriz energética y fortalecer su cooperación con socios del Golfo Pérsico y África.
De concretarse este giro, India podría redefinir su posición en el mapa energético euroasiático, reduciendo su dependencia del petróleo ruso y reforzando su papel como plataforma refinadora y exportadora global.
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