Los países de la Unión Europea alcanzaron este lunes un acuerdo para eliminar completamente las importaciones de gas procedentes de Rusia antes de que finalice 2027. La medida, aprobada por los ministros de Energía reunidos en Luxemburgo, busca poner fin a décadas de dependencia energética del Kremlin, acelerada por la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas desde 2022.

El plan, impulsado por la Comisión Europea y respaldado por la mayoría de los Estados miembros —con la excepción de Hungría y Eslovaquia—, contempla la prohibición de nuevos contratos de importación de gas ruso a partir del 1 de enero de 2026. Los acuerdos vigentes contarán con un período de transición que se extenderá hasta inicios de 2028. La medida abarca tanto el gas transportado por gasoducto como el gas natural licuado (GNL), cuya importación se eliminará de manera progresiva antes de enero de 2027.
Lars Aagaard, ministro de Energía de Dinamarca y actual presidente del Consejo de Energía de la UE, calificó la decisión como un paso “crucial hacia la independencia energética europea”. “Aunque hemos trabajado arduamente para sacar el gas y el petróleo rusos de Europa, aún no lo habíamos logrado. Este acuerdo marca un punto de inflexión”, declaró Aagaard tras la reunión. Desde Bruselas, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, destacó que la medida no solo fortalece la seguridad energética del bloque, sino que también “reduce los recursos financieros de Moscú utilizados para sostener su guerra”.
La Unión Europea busca independencia energética
Pese al consenso general, el gobierno de Hungría expresó su desacuerdo. “El verdadero impacto de esta regulación es que nuestro suministro seguro de energía se verá afectado”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, quien recordó que su país depende casi por completo del gas ruso debido a limitaciones geográficas. Budapest y Bratislava mantienen contratos de largo plazo con la empresa estatal Gazprom, lo que les ha permitido mantener precios más bajos que la media europea.

Actualmente, Rusia aún suministra cerca del 13 % del gas consumido en la UE —unos 15.000 millones de euros anuales en importaciones—, principalmente a través de envíos de GNL por mar. Sin embargo, el bloque intensificó sus esfuerzos para diversificar sus fuentes energéticas mediante acuerdos con Noruega, Argelia, Catar y Estados Unidos. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Europa podría alcanzar la autosuficiencia gasífera a fines de la década si mantiene su ritmo de inversión en energías renovables y almacenamiento.
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