Una nueva encuesta de Associated Press y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos (AP-NORC) revela que, bajo Trump, la percepción de la economía se deteriora y crece la inquietud por el mercado laboral: 47% de los adultos dice no estar muy o nada confiado en conseguir un “buen empleo”, frente al 37% de 2023; además, solo 36% aprueba el manejo económico del presidente, con temores persistentes por precios de alimentos, vivienda, salud y el aumento de las facturas eléctricas.
Aprobación y voto económico
La encuesta muestra un descenso marcado en la confianza laboral: 47% declara baja o nula confianza para hallar un buen trabajo, diez puntos más que en octubre de 2023. En paralelo, solo 36% aprueba el manejo de la economía por parte de Trump, con un 71% de aprobación entre republicanos que luce tibio para ciclos electorales cercanos. AP subraya que el contraste con el período de Biden incluye un mercado laboral previamente más dinámico y una mejor percepción entre independientes en 2021, una comparación que hoy juega en contra del oficialismo.

El sondeo también refleja la brecha entre señales macro (desempleo bajo, crecimiento aceptable) y el humor económico ciudadano. La mezcla de inflación persistente, congelamientos de contratación, aranceles y la parálisis gubernamental alimenta la incertidumbre. En ese marco, 68% califica la economía como “mala”, la mayoría dice que sus finanzas “se mantienen” más que mejoran, y cae el optimismo para enfrentar gastos imprevistos, ahorrar para el retiro o acceder a vivienda, especialmente entre jóvenes.
Facturas eléctricas al alza
El costo de vida sostiene la presión cotidiana: más de la mitad identifica a los alimentos como estrés mayor, cerca de 4 de cada 10 a vivienda y salud, y un 36% a la electricidad, mientras la gasolina vuelve a inquietar a un tercio. AP-NORC advierte que el despliegue de centros de datos de IA podría tensionar aún más la red y las tarifas si no se acelera la inversión energética, reforzando un clima de “precariedad percibida” pese a indicadores macro estables.

La conversación energética ya se mueve en estados clave: reguladores y utilities anticipan picos de demanda eléctrica asociados a la infraestructura digital, con debates sobre quién absorbe los costos y qué mix de generación financiar. Ese telón de fondo ayuda a explicar por qué la electricidad se cuela entre los principales estresores financieros y por qué la percepción económica puede deteriorarse aun sin un shock laboral masivo.
Te puede interesar: El Senado de Estados Unidos quiere evitar que Trump declare la guerra a Venezuela














