El gobierno británico definió que sus tropas podrán derribar drones cuando estos vuelen hacia sus bases militares, en un contexto donde se multiplican en Europa los avistamientos de estos aparatos, que muchos atribuyen a una faceta más de la guerra híbrida que libra Rusia con el Viejo Continente.
Los detalles acerca de la nueva normativa serán revelados este lunes por el Secretario de Defensa John Healey. Se espera que el funcionario anuncie una nueva “opción cinética” para eliminar esta amenaza a la seguridad nacional, según reportó el medio inglés Daily Telegraph. El protocolo existente sugiere a los soldados desviar a los drones o interferir en su señal de GPS utilizando equipamiento especializado. Derribarlo es, actualmente, una opción de último recurso. Habrá que ver si la nueva legislación, que por el momento alcanza solo a sitios militares, puede extenderse a espacios civiles como aeropuertos.

Pero el espíritu de la normativa es que los efectivos puedan tomar decisiones con mayor velocidad y decisión, luego de que cuatro bases de la Real Fuerza Aérea Británica utilizadas por Estados Unidos reportaran avistamientos de estos aparatos en noviembre del año pasado. Se trata de RAF Lakenheath y RAF Mildenhall, en Suffolk, RAF Feltwell en Norfolk y RAF Fairford en Gloucestershire.
Estos sitios no carecen de importancia estratégica: fue en RAF Lakenheath donde Estados Unidos recientemente desplegó sus jets F-22A, días después de bombardear Irán en junio. Aunque 60 miembros de la RAF fueron enviados para asistir a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en su investigación, no se divulgó el resultado de las pesquisas.
Europa sospecha de Rusia por sucesivos avistamientos de drones
Distintos países de Europa están tomando precauciones ante una sucesión de avistamientos de drones en espacios militares y civiles por la que las autoridades miran de reojo a Rusia, aunque sin lanzar acusaciones formales en todos los casos.
Los avistamientos generan aprensión, pero también disrupciones, como las causadas en el aeropuerto internacional de Múnich, uno de los más transitados de Europa, que suspendió sus operaciones por dos días consecutivos tras detectarse drones en las inmediaciones de sus pistas. El incidente, ocurrido la noche del viernes 3 de octubre, derivó en la cancelación o desvío de decenas de vuelos y dejó a más de 6.500 pasajeros varados, en medio de una creciente ola de avistamientos de aeronaves no tripuladas en Europa.
El pasado lunes 22 y martes 23 de septiembre, en el aeropuerto de Copenhagen, la presencia cercana de drones obligó a reprogramar y hasta cancelar vuelos, mientras las instalaciones estuvieron cerradas por cuatro horas. Un reporte similar en la misma jornada también detuvo las operaciones del aeropuerto de Oslo, en Noruega.

El jueves 25, este tipo de aparatos fueron vistos sobre la base aérea de Karup, la más grande que tiene la Real Fuerza Aérea Danesa. Los aparatos no fueron interceptados y su circulación duró varias horas, además de generar reportes de avistamientos en Schleswig-Holstein, la región alemana que bordea Jutlandia, la península que forma la parte continental de Dinamarca donde está la base. La aparición de los aparatos se produjo la semana anterior a una cumbre de líderes de la Unión Europea, que tenía como foco la defensa de Ucrania y del continente mismo de los avances de Rusia.
Por eso muchos miraron hacia el este cuando la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, llamó a los sobrevuelos de drones “ataques híbridos”, una denominación que Europa suele aplicar a los esfuerzos de Rusia por desestabilizar el continente través de operaciones militares no convencionales. Sin embargo, aunque señaló que “no podía indicar que Rusia no fuera parte de este ataque”, tampoco pudo establecer una conexión directa con Moscú.
Desde el ministerio de Defensa danés sostuvieron que las apariciones parecieron orquestadas por un “actor profesional”, pero los drones parecían lanzados localmente. Esta aserción abrió preguntas inquietantes, ya que como se vio en operativos recientes como los bombardeos con drones de Israel a Irán, no es imposible para actores externos ingresar este tipo de aparatos a través de las fronteras para sembrar la confusión y el caos en el país infiltrado.
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