Un grupo bipartidista en el Senado de Estados Unidos, encabezado por el senador Tim Kaine, impulsa una resolución para frenar la posibilidad de que el presidente Donald Trump declare unilateralmente una guerra contra Venezuela sin autorización del Congreso. La medida exige que el Senado vote la legislación tras un período de espera de 10 días, obligando formalmente el debate sobre el uso de la fuerza militar. Le acompañan los senadores Adam Schiff y Rand Paul como copatrocinadores.

En este sentido, Kaine justificó su iniciativa ante la creciente preocupación por los indicios de escalada militar. “El ritmo de los anuncios, la autorización de actividades encubiertas y la planificación militar me hacen pensar que hay alguna posibilidad de que esto sea inminente”, declaró. La resolución busca establecer límites legales al presidente, asegurando que cualquier operación militar contra o dentro de Venezuela requiera aprobación del Congreso.
El interés del Senado surge en medio de un incremento de acciones militares estadounidenses en el Caribe, junto con la admisión de Trump de haber autorizado operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela y la sugestión de posibles operaciones terrestres. “Lo hemos detenido casi por completo por mar. Ahora lo detendremos por tierra”, afirmó Trump esta semana al referirse al contrabando de drogas.
El Senado busca una guerra prolongada con Venezuela mientras exige información clara a Trump
Este esfuerzo legislativo no es el primero. La semana pasada, Kaine y Schiff forzaron una votación para limitar el poder del presidente sobre los ataques en el Caribe, pero la propuesta fue rechazada por estrecho margen (48-51), con el apoyo inusual de los senadores republicanos Rand Paul y Lisa Murkowski. Paul fue especialmente crítico al argumento de que no es necesaria la supervisión del Congreso. “El pueblo estadounidense no quiere ser arrastrado a una guerra interminable con Venezuela sin un debate público o una votación”, dijo.

La nueva propuesta aspira a conseguir más respaldo entre los republicanos. Kaine estimó que unos diez podrían unirse si se avanza de forma programática. Sin embargo, no está claro si existen votos suficientes para aprobar la resolución. Además, los legisladores denunciaron una suerte de “agujero negro” informativo, ya que, hasta ahora, la administración no entregó pruebas claras sobre quiénes murieron en los ataques marítimos ni por qué se optó por destruir embarcaciones en lugar de interceptarlas.
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