El Ejército de Estados Unidos reconoció que se encuentra rezagado en el desarrollo y despliegue de drones de combate y sistemas antidrones, una capacidad que hoy define el resultado de los conflictos modernos en Europa del Este, Medio Oriente y el Indo-Pacífico. El diagnóstico fue confirmado por el comandante del V Cuerpo del Ejército de EE.UU. en Europa, general Charles Costanza, quien admitió que las fuerzas estadounidenses “no se están moviendo lo suficientemente rápido” frente al salto tecnológico que ya consolidaron Rusia, Ucrania, Irán y China en materia de sistemas no tripulados.

Drones de ataque: EE.UU. pierde ventaja frente a adversarios
El reconocimiento del retraso implica un quiebre doctrinario: durante décadas, Estados Unidos lideró la guerra aérea no tripulada con plataformas como Predator y Reaper, diseñadas para guerras asimétricas y combate antiterrorista. Sin embargo, el paradigma cambió: hoy la superioridad aérea ya no se basa solo en aviones tripulados sino también en enjambres de drones baratos, municiones merodeadoras y vectores suicidas.
Mientras tanto, adversarios estratégicos ya desplegaron de forma masiva soluciones operativas:
- Rusia: producción local de drones FPV y municiones tipo Shahed.
- Irán: exportación de sistemas kamikaze de largo alcance a teatros globales.
- China: industrialización militar basada en enjambres autónomos y guerra electrónica.
- Ucrania: integración táctica de drones desde nivel pelotón hasta teatro operacional.
El propio liderazgo estadounidense reconoce que el campo de batalla tecnológico se movió más rápido que su estructura de adquisición militar.
Capacidad Shahed y brecha industrial
La referencia norteamericana a la necesidad de contar con una capacidad similar a la de los drones Shahed-136 confirma el cambio de prioridades: ya no se trata solo de drones para vigilancia estratégica, sino masa de fuego de saturación, con municiones de bajo costo capaces de desbordar defensas aéreas.

La guerra en Ucrania demostró que costo y cantidad pasaron a ser tan determinantes como precisión y alcance. Hoy un dron FPV de 800 dólares puede destruir un tanque de 3 millones de dólares. Este desequilibrio económico genera asimetría militar irreversible si no se corrige con rapidez.
El problema no es la tecnología: es la doctrina
El general Costanza advirtió que el retraso estadounidense no es solo tecnológico, sino doctrinario y organizacional. Durante años, el Ejército acumuló programas de experimentación sin traducirlos en unidades operativas reales. Recién ahora se están conformando compañías específicas integrando drones, contra drones y guerra electrónica bajo un solo mando táctico.
En Europa ya se ejecuta Project Flytrap, un ciclo intensivo de entrenamiento que busca definir cómo integrar sensores, inteligencia artificial y armas antidrones bajo un esquema de defensa aérea en capas. El objetivo es pasar de pruebas aisladas a doctrina de guerra interoperable dentro de la OTAN.
Competencia militar sin margen: la urgencia por acelerar
Estados Unidos impulsa ahora una aceleración doctrinaria para recuperar iniciativa. Se busca desplegar grandes volúmenes de drones tácticos y FPV en todas las unidades de combate terrestre, además de plataformas de largo alcance para saturación ofensiva. Paralelamente, desarrolla redes antidrones con inteligencia artificial para bloquear amenazas en bases, ciudades y columnas mecanizadas.

El reconocimiento oficial es inusual: Washington admite estar detrás justo cuando sus competidores estratégicos ya demostraron que la guerra del siglo XXI será no tripulada, autónoma y distribuida.
Advertencias estratégicas para aliados
La evaluación del general Costanza tiene un mensaje implícito para los aliados de EE.UU. dentro y fuera de la OTAN: quien no incorpore doctrina de guerra no tripulada hoy quedará irrelevante militarmente en cinco años. La combinación de drones + inteligencia artificial + guerra electrónica ya cambió la relación entre defensa y ataque en cualquier teatro de operaciones.
Te puede interesar: Trump advierte que “Argentina no debería hacer nada con China en materia militar”













