En un mensaje directo a Washington, el embajador de China en Brasil, Zhu Qingqiao, afirmó que Pekín seguirá apoyando al país sudamericano con inversiones, certificaciones de exportación y cooperación tecnológica para mitigar el impacto de la guerra comercial lanzada por Estados Unidos.
Durante la apertura del Consejo Empresarial Brasil-China, Zhu denunció el accionar de “grandes potencias obsesionadas con la supremacía que aplican la ley de la selva”, en una clara alusión a la administración de Donald Trump, que en septiembre impuso un arancel del 50 % a los productos brasileños. La medida fue presentada como represalia por la condena a Jair Bolsonaro, sentenciado a 27 años de prisión por conspirar para un golpe de Estado tras las elecciones de 2022.

Un giro diplomático en medio de la tensión con Washington
Las relaciones entre Brasilia y Washington atraviesan su peor momento desde el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva al poder. Aunque ambos presidentes dialogaron brevemente durante la Asamblea General de la ONU, Trump aún no ha ofrecido retirar los aranceles que amenazan con golpear el comercio bilateral.
Ante este escenario, China emerge como un socio alternativo decisivo. Zhu destacó que las exportaciones brasileñas hacia el gigante asiático representan ya el 30 % del total, con aumentos notables en café (+193 %), carne bovina (+76 %) y soja (+58 %) solo en septiembre.

El diplomático reveló que Pekín aprobó licencias de exportación para cerca de 200 empresas brasileñas, permitiéndoles redirigir ventas que antes tenían a Estados Unidos. “China está ayudando a estabilizar la economía brasileña y a garantizar la continuidad de su sector productivo”, afirmó.
Sinergias estratégicas y cooperación verde
Aunque Brasil no ha adherido formalmente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), ambos países firmaron un acuerdo de sinergias para coordinar inversiones dentro de los programas nacionales PAC 3, Nuevo Plan Industrial y Plan de Transformación Ecológica.
Zhu subrayó que la relación bilateral está alcanzando “niveles más altos de sofisticación tecnológica”, al tiempo que se expande la cooperación en economía digital, inteligencia artificial y energías renovables.
“Las empresas chinas están invirtiendo en investigación y desarrollo adaptada a las necesidades de Brasil, impulsando la introducción de tecnologías de punta y la creación de proyectos conjuntos”, remarcó el embajador.
China también respaldó públicamente el Fondo Bosques Tropicales para Siempre, una iniciativa de 125 mil millones de dólares promovida por Lula para financiar la conservación forestal. Zhu aseguró que Pekín apoyará a Brasil en la organización de la COP30, que se celebrará en Belém en noviembre, y destacó el nuevo compromiso chino de reducir emisiones absolutas en todos los sectores.
Un modelo para el Sur Global
Al cerrar su discurso, Zhu describió la asociación entre ambos países como “un modelo para el Sur Global”, capaz de articular crecimiento económico, innovación y sostenibilidad frente al proteccionismo estadounidense.
“China y Brasil están construyendo juntos un entorno empresarial de clase mundial, basado en el respeto mutuo y el desarrollo compartido”, concluyó el embajador.
La nueva sintonía entre Pekín y Brasilia redefine el equilibrio de poder en América del Sur, en momentos en que Washington ve con creciente preocupación la expansión económica y tecnológica de China en la región.
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