El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, advirtió este miércoles que el país llevará a cabo una prueba nuclear “de manera inmediata” si Estados Unidos realiza una, según informó la agencia estatal RIA Novosti. La declaración refuerza la postura expresada previamente por el presidente Vladimir Putin, quien en octubre pasado ya había señalado que Moscú respondería de forma recíproca ante cualquier ensayo nuclear de otra potencia.
Durante una conferencia en Moscú, Riabkov sostuvo que Rusia ha detectado indicios de que Washington está preparando su infraestructura para reanudar los ensayos nucleares, inactivos desde la década de 1990. “Hemos observado que Estados Unidos lleva tiempo trabajando en su infraestructura de pruebas. Si ellos lo hacen, nosotros actuaremos con rapidez”, citó RIA.

Señales de tensión en el equilibrio nuclear
Las declaraciones del funcionario ruso se producen en un contexto de renovada tensión estratégica entre Moscú y Washington, marcado por la suspensión del tratado New START, la guerra en Ucrania y el colapso de la arquitectura de control de armas heredada de la Guerra Fría.
En 2023, Putin había firmado una ley que revocó la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), argumentando que era necesario “restaurar la paridad” con Estados Unidos, que nunca llegó a ratificarlo. Desde entonces, analistas occidentales han advertido sobre una nueva carrera tecnológica en materia de armas nucleares tácticas y de modernización de vectores estratégicos, particularmente en el Ártico y Asia Central.
Contexto internacional y advertencias de expertos
La posible reanudación de los ensayos nucleares por parte de las principales potencias abriría un escenario de alto riesgo para la estabilidad global, según especialistas en control de armas. La Federación de Científicos Estadounidenses (FAS) advirtió recientemente que tanto Rusia como China y Estados Unidos han incrementado las inversiones en sus centros de simulación y experimentación subcrítica, lo que podría facilitar un eventual regreso a pruebas con material fisionable real.
En paralelo, organismos internacionales como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Comisión Preparatoria del CTBTO han instado a todas las partes a mantener la moratoria global de ensayos, vigente desde 1998, recordando que cualquier ruptura “socavaría décadas de progreso en la reducción del riesgo nuclear”.
Moscú, sin embargo, insiste en que su política sigue siendo “de defensa y disuasión”, y que una prueba solo tendría lugar en respuesta a una acción equivalente de Washington. La advertencia de Riabkov deja entrever que la doctrina nuclear rusa mantiene la reciprocidad como principio rector, pero también que el margen para la contención estratégica se estrecha cada vez más.
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