El cierre del gobierno de Estados Unidos que empezó con octubre llevó la atención hacia los líderes políticos del Congreso, figuras bipartidistas que por su rol institucional en el Capitolio tienen un gran peso en las negociaciones para destrabar el presupuesto. O para trabarlo.
Mientras el gobierno federal se paraliza ante el estancamiento de las negociaciones, quienes buscan respuestas se acercan a estos legisladores, que ostentan cargos de liderazgo en el Senado y la Cámara de Representantes, el equivalente estadounidense de la Cámara de Diputados.
Se trata del presidente de este recinto, Mike Johnson y el líder de la mayoría del Senado, John Thune, por el lado republicano, y el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, y su homólogo de la Cámara alta, Chuck Schumer, quienes encabezan las bancadas demócratas en ambos recintos.

Los cuatro se reunieron el lunes pasado con Donald Trump, para intentar buscar una salida política antes de que entrara en vigencia el cierre. En el encuentro, los demócratas supuestamente plantearon la posibilidad de mantener los subsidios a seguros de salud previstos en la Affordable Care Act, que expiran en diciembre. Según Schumer, el presidente se mostró más empático que los líderes republicanos del Congreso ante las historias personales que llevaron sus opositores sobre los potenciales afectados: “Él no estaba al tanto que decenas de millones de estadounidenses pagarán enormes aumentos en sus seguros por el vencimiento de la ACA”. Thune lo cruzó, diciendo que el demócrata buscaba “cambiar desesperadamente de tema” y que tanto él, Johnson y el presidente estaban “en la misma página”.
Horas después, las esperanzas de un acuerdo se postergaron indefinidamente luego que Trump compartió un video modificado con IA -que luego borró- donde ridiculizaba a los líderes demócratas. En el meme, Schumer decía que el plan demócrata incluye entregar Medicaid a indocumentados, algo no permitido por los lineamientos del programa de seguros de salud para personas de bajos ingresos. El tono humillante del video era reforzado por la imagen de Jeffries, parado al lado de Schumer en la versión original, que en la edición tenía un filtro de sombrero mexicano y bigote. Ataques personales que antecedieron al cierre del gobierno, por el que ambos partidos se culpan mutuamente y con el que buscan reforzar su narrativa electoral.
Quiénes son los líderes del Congreso de Estados Unidos que definen cuánto dura el cierre del gobierno
Mike Johnson
Presidente de la Cámara desde 2023, Mike Johnson fue electo para el Congreso en 2016 por el cuarto distrito del estado sureño de Luisiana. Abogado con especialización en derecho constitucional, también fue profesor universitario y locutor de radio, donde expresó sus visiones conservadoras en oposición al aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Como legislador, integra la comisión Judicial y la de las Fuerzas Armadas.
Ya como representante de su estado, se mostró como un defensor firme de Donald Trump en su primer mandato. Después de que se declararan las elecciones a favor de Joe Biden el 7 de noviembre de 2020, Johnson publicó el siguiente tweet en X: “Acabo de llamar al presidente Trump para decirle esto: ‘¡Manténgase fuerte y siga luchando, señor! La nación depende de su determinación. Debemos agotar todos los recursos legales disponibles para restaurar la confianza de los estadounidenses en la imparcialidad de nuestro sistema electoral'”.
Tres años después, cuando Johnson competía por la presidencia de la cámara en 2023, el actual mandatario republicano -por entonces candidato- le devolvió las gentilezas al recomendarlo para el cargo: “En 2024, tendremos una victoria aún mayor y más importante. Mi fuerte SUGERENCIA es ir con el candidato principal, Mike Johnson, ¡y HACERLO, RÁPIDO!”.
Una vez que empezó el cierre del gobierno estadounidense, Johnson mantuvo la línea de la Casa Blanca, responsabilizando a los demócratas por la paralización federal: “La única pregunta esta noche es, ¿cuánto tiempo mantendrá Chuck Schumer el gobierno cerrado?”.
Hakeem Jeffries
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes cuenta con al menos dos récords en su haber: ser el primer afroamericano en la historia de Estados Unidos que conduce un partido en el Congreso, algo que logró en 2022, cuando reemplazó a Nancy Pelosi luego de 15 años, y haber dado el discurso más largo en la historia del recinto.
La última marca la obtuvo en julio, tras hablar por ocho horas y cuarenta y cuatro minutos contra el paquete fiscal de Donald Trump, que hoy vuelve a estar en el centro de la mesa por las modificaciones que planteó en el acceso a la salud. “Morirá gente. Decenas de miles, quizás año tras año, como resultado del ataque republicano a la atención médica del pueblo estadounidense”, dijo entonces el neoyorquino de 52 años, un abogado con paso por el Poder Judicial y el sector privado que actualmente integra las comisiones Judicial y de Presupuesto del Congreso.
Ese es el argumento que tanto Jeffries como Schumer supuestamente buscaron hacer valer en su encuentro con Trump. Más tarde, después de verse a sí mismo con un bigote y sombrero mexicano en la burla publicada en las redes del republicano, Jeffries lo desafió: “Señor presidente, la próxima vez que tenga algo que decir sobre mí, no se escape a través de un video racista y falso hecho con IA. Cuando vuelva al Salón Oval, dígamelo a la cara”. Más tarde, se puso al mismo nivel al compartir un meme sobre el vicepresidente, JD Vance, que había considerado a la edición publicada por Trump como “graciosa”.
John Thune
John Thune está en el lugar donde lo pusieron los votos de sus colegas, no su relación con Donald Trump. De ser por el presidente, quizá otro hubiera ocupado el liderazgo republicano en el Senado, pero Thune logró imponerse a través de una elección realizada en secreto, para garantizar mayor apoyo de los legisladores a una figura que no siempre ha estado cerca de la Casa Blanca.
Electo desde 2004 por Dakota del Sur, Thune llegó a su actual posición de poder como la mano derecha y sucesor de Mitch McConnell, otra figura del Grand Old Party que tuvo sus idas y vueltas con Trump. En el caso de Thune, su primer contrapunto con el magnate fue en 2016, en plena campaña electoral, cuando lo exhortó a renunciar -aunque luego dijo que mantendría su voto- tras la publicación de las cintas de Access Hollywood donde Trump afirmaba que las mujeres lo dejaban “agarrarlas por la vagina”. También calificó como “indefendibles” los incidentes en el Congreso el 6 de enero de 2021, para después sin embargo votar “Inocente” junto a su bancada en el juicio político que prosiguió a este hecho.

A partir de su elección, Thune busca mostrar unidad al frente de su partido en el Senado, donde confluyen la corriente MAGA (Make America Great Again) con los tradicionales sectores de poder republicano que integra. “No podemos permitirnos dar por sentada esta coalición. Si no cumplimos las prioridades del presidente Trump, perderemos su apoyo”, escribió luego de ser confirmado como líder de la mayoría. “Confiaron en nosotros con sus votos. Ahora tenemos que arremangarnos y ponernos a trabajar”.
Como parte de la comisión de Finanzas del Congreso, a cargo de la política tributaria, Thune conoce de primera mano los cambios hechos por Trump sobre el sistema de salud. El senador manifestó estar a favor de discutir extensiones en los subsidios del seguro médico con los demócratas, “una vez que el gobierno esté funcionando”. Es decir que, como los republicanos más moderados de su espacio, no cierra el diálogo con la oposición, pero lo supedita a que ellos aprueben la ley de financiamiento disponible. Una confianza que ninguno de los dos partidos parece dispuesto a otorgar al otro.
Chuck Schumer
El líder de la minoría en el Senado, integrante de este recinto desde 1999, parece a veces en minoría dentro de su propio partido, que conduce desde 2016. Esa fue la imagen que dio a principios de año, cuando instó a su bancada a acompañar el proyecto de financiamiento que evitó el primer posible cierre de gobierno al que se enfrentaba Trump.
En aquel entonces, cuando el republicano y Elon Musk avanzaban a velocidad turbo con los despidos en el Estado, Schumer replicó que un cierre “podría prolongarse meses y meses”, a la vez que le daría más discrecionalidad a la administración Trump para avanzar en su agenda de achicamiento federal. Su postura dialoguista encolerizó a parte del electorado demócrata y a algunos de sus propios compañeros de bancada, lo que lo llevó a tener que aclarar que no estaba pensando en renunciar.

Este momento traumático para su liderazgo pareció exhibirse en el camino que condujo a este cierre, donde buscó mostrarse como el dique de contención contra los recortes de Trump. El líder demócrata lo niega, argumentando que responde a un mandato popular y a que las amenazas de los republicanos se materializaron a pesar de evitar el cierre del gobierno: “Escuchamos al pueblo americano pidiendo ayuda con su seguro de salud, y respecto a los despidos masivos, ¿Sabés qué? Lo están haciendo igualmente”.
Por eso pidió a la Casa Blanca y sus colegas del Congreso una negociación que del otro lado llega condicionada a la apertura del gobierno. Una palanca que Schumer no parece dispuesto a activar hasta que no le muestren algo concreto. “La pelota está en su lado de la cancha”, dijo acerca de los republicanos. “Este es su cierre de gobierno“.
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