La inteligencia militar de Dinamarca advirtió sobre un incremento de amenazas híbridas por parte de Rusia, señalando un “alto riesgo de sabotaje” contra sus fuerzas armadas y operaciones navales en el mar Báltico. El director del Servicio de Inteligencia de Defensa danés (FE, por sus siglas en inglés), Thomas Aarenkiel, afirmó que buques de guerra rusos han interferido con sistemas de posicionamiento global (GPS) durante su tránsito por los estrechos daneses, generando serias perturbaciones. La advertencia fue difundida el 3 de octubre por medios locales como Danmarks Radio y Berlingske, y replicada por la agencia ucraniana UNN.
De acuerdo con Aarenkiel, Rusia está desplegando tácticas de guerra híbrida contra Dinamarca, la OTAN y Occidente, mediante una combinación de acciones militares, cibernéticas y de desinformación. Entre los incidentes recientes se identificó la presencia de buques de la Armada rusa equipados con sistemas de sonar y de guerra electrónica, que en al menos un caso habrían provocado alteraciones “muy probables” en la señal GPS dentro del territorio danés.
El informe también detalla que Moscú utiliza drones de ataque para violar el espacio aéreo de varios países de la OTAN, lo que incrementa la percepción de hostigamiento en la región. Según el FE, estas maniobras buscan intimidar a Copenhague y condicionar su cumplimiento de las normas de navegación en el mar Báltico, en un contexto de creciente tensión geopolítica en Europa del Norte.

En su evaluación de riesgos, la inteligencia danesa califica como “alta” la probabilidad de provocaciones militares contra países de la Alianza Atlántica, mientras que considera “media” la amenaza de ciberataques destructivos y “baja” la injerencia rusa en operaciones de influencia. En paralelo, descarta por el momento un ataque militar convencional directo, pero advierte que las técnicas híbridas buscan “diluir las fronteras entre la guerra y la paz” e instalar dudas en la opinión pública de los países objetivo.
El informe menciona tanto a Rusia como a China como actores internacionales que emplean métodos híbridos para obtener ventajas estratégicas sin recurrir a un enfrentamiento directo. Estas prácticas incluyen propaganda, amenazas, sabotaje, operaciones cibernéticas y hasta asesinatos selectivos. Frente a este panorama, la Unión Europea subrayó la necesidad de fortalecer la conciencia situacional, asegurar la capacidad de respuesta y recuperación ante crisis, y coordinarse con aliados como la OTAN.
El contexto de la advertencia se da tras la cumbre de líderes europeos en Copenhague, celebrada el 2 de octubre, donde el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se reunió con la primera ministra danesa Mette Frederiksen, el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro polaco Donald Tusk. Uno de los principales ejes de esa reunión fue precisamente la respuesta a las violaciones del espacio aéreo europeo por parte de Rusia, lo que refuerza la preocupación sobre la seguridad en el flanco norte de la Alianza Atlántica.
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