La relación en materia de defensa entre Argentina y Estados Unidos atraviesa un momento de consolidación, marcada por la intensificación de la cooperación bilateral y la realización de ejercicios conjuntos. El gobierno argentino autorizó el ingreso de efectivos Navy SEAL para participar en el Ejercicio Tridente, mientras que Washington respalda la modernización militar de Buenos Aires con equipamiento y financiamiento. Estas iniciativas, enmarcadas en el segundo año de gestión de Javier Milei, reflejan el giro estratégico hacia una mayor integración con los aliados occidentales.
Navy SEAL en Argentina, entrenamiento y estrategia conjunta
Según informó Zona Militar, el Decreto 697/2025 autorizó la llegada de un destacamento de Navy SEAL estadounidenses a territorio argentino para participar en el Ejercicio Tridente, previsto entre el 20 de octubre y el 15 de noviembre en bases navales de Mar del Plata, Ushuaia y Puerto Belgrano. La maniobra incluye personal de las Fuerzas Navales Especiales argentinas, la Agrupación de Comandos Anfibios y los Buzos Tácticos, además de unidades de la Flota de Mar y helicópteros Sea King. El objetivo declarado es mejorar la interoperabilidad y el entrenamiento conjunto, elevando las capacidades de reacción frente a escenarios de seguridad complejos.

Este despliegue se suma a un proceso más amplio. Como detallamos recientemente en uno de nuestros últimos análisis en materia de relaciones bilaterales EE.UU.-Argentina, la relación militar con Washington ya viene fortaleciéndose a través de la adquisición de aviones F-16 y blindados Stryker, junto con acuerdos bajo estándares OTAN. Para el Pentágono, esta cooperación no solo moderniza las Fuerzas Armadas argentinas, sino que además refuerza el bloque occidental en un contexto global marcado por la competencia con China.
El primer año de la administración Milei y el giro estratégico hacia Washington
Durante los primeros meses del gobierno de Javier Milei, se produjo un notable acercamiento sostenido con Estados Unidos en materia de seguridad y defensa. Altos funcionarios como William Burns (CIA) y la general Laura Richardson (SOUTHCOM) visitaron Buenos Aires, mientras que el ministro de Defensa, Luis Petri, selló acuerdos de cooperación en ciberdefensa y modernización militar. La compra de F-16 y la voluntad argentina de convertirse en socio global de la OTAN son hitos que consolidan esta orientación estratégica.

Este giro refleja no solo una continuidad con acuerdos firmados en la gestión anterior, sino también una profundización bajo Milei. Para Washington, Argentina se posiciona como un socio clave en el Cono Sur, mientras que Buenos Aires busca reforzar sus capacidades militares y alinearse con las potencias occidentales. El eje Milei–Petri ha dejado claro que la defensa y la seguridad constituyen pilares de la política exterior argentina, en un escenario internacional marcado por la competencia entre Estados Unidos y China.
Te puede interesar: Argentina y EE.UU. profundizan su cooperación en defensa con apoyo militar frente a China













