India planteó a Estados Unidos la posibilidad de reducir su dependencia del crudo ruso si la Casa Blanca permite la compra de petróleo de Irán y Venezuela. Las autoridades indias señalaron que interrumpir al mismo tiempo las importaciones de crudo provenientes de Rusia, Venezuela e Irán podría generar un alza considerable en los precios internacionales del petróleo, una situación que la administración Trump busca evitar.

Desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, India se consolidó como el segundo mayor comprador de petróleo ruso, solo por detrás de China. Las refinerías indias aprovecharon los descuentos del crudo Urals, adquiridos a precios más bajos que los del mercado internacional, lo que permitió reducir su factura de importación. Sin embargo, este escenario generó tensiones con Washington, que acusa a India de sostener los ingresos energéticos de Moscú en plena guerra.
De acuerdo con Bloomberg, funcionarios indios transmitieron a la administración de Donald Trump que cortar al mismo tiempo los suministros de Rusia, Irán y Venezuela tendría consecuencias directas sobre los precios internacionales, con un alza que impactaría también al consumidor estadounidense. En este contexto, Nueva Delhi sostiene que acceder a barriles venezolanos e iraníes podría ser la clave para diversificar su matriz de importaciones y reducir el peso del petróleo ruso en su balanza energética.
La encrucijada de India
La posición de India no solo responde a una cuestión comercial, sino también estratégica. Washington busca mantener a Nueva Delhi como socio clave en el Indo-Pacífico frente al avance de China, pero la presión sobre su política energética amenaza con tensar la relación bilateral. A pesar de los aranceles adicionales impuestos por Estados Unidos a las exportaciones indias, las refinerías de Nueva Delhi se preparan para incrementar sus importaciones de crudo ruso en septiembre, entre 150.000 y 300.000 barriles diarios más que en agosto, según estimaciones de analistas del sector.

En paralelo, la ministra de Finanzas india, Nirmala Sitharaman, defendió públicamente la decisión de mantener las compras a Rusia, argumentando que su gobierno debe priorizar los intereses nacionales por encima de las presiones externas. Para Nueva Delhi, la posibilidad de sumar a Venezuela e Irán como proveedores permitiría reducir la vulnerabilidad frente a los vaivenes del mercado.
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