El comandante en jefe de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, afirmó que los ataques perpetrados por las fuerzas ucranianas al sector petrolero de Rusia le están generando una “crisis de combustible” que impacta directamente en la logística militar de Moscú, dificultando su capacidad operativa en el campo de batalla. Según Syrskyi, esta interrupción de suministro se debe en buena parte a la campaña DeepStrike, una operación con drones destinada a golpear infraestructuras críticas.

En este sentido, Syrskyi detalló que, en menos de dos meses, las fuerzas ucranianas atacaron 85 objetivos de alto valor en suelo ruso, incluyendo 33 instalaciones militares (bases, aeródromos, hangares) y 52 instalaciones militares-industriales que producen armas, combustible, drones y municiones. Estos golpes, dijo, ya muestran reducciones perceptibles en las capacidades del complejo militar-industrial del adversario.
El daño económico también resultó significativo. Informes oficiales ucranianos estiman que estos ataques causaron más de US$10.000 millones en pérdidas industriales, entre daños directos a refinerías y efectos indirectos como interrupciones en la cadena de suministro, cierre de plantas y dificultades logísticas. Al respecto, Rusia respondió con medidas para estabilizar su mercado interno de energía: prohibiciones temporales de exportar gasolina hasta fin de año, y restricciones al diesel para no productores.

En Crimea y Sebastopol, por ejemplo, aproximadamente la mitad de las estaciones de servicio dejaron de vender gasolina debido a la falta de suministro, informan medios rusos. Estas interrupciones incrementaron la presión sobre las autoridades del Kremlin para asegurar el abastecimiento interno antes de la temporada de invierno, cuando la demanda energética tiende a subir.
Por su parte, Zelenski y otros líderes ucranianos insisten en que estos ataques con drones no solo tienen valor táctico, sino que cuentan con respaldo internacional, y que Ucrania trabaja para ampliar su producción de sistemas no tripulados y mejorar su estrategia DeepStrike. La idea es equilibrar las ganancias en el frente con presionar económicamente al adversario mediante objetivos críticos.
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