En la reciente Conferencia del Aire, Espacio y Ciberespacio, el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea destacó una vez más el valor del poder aéreo y la necesidad de mejorarlo constantemente ante las amenazas y adversarios actuales. El Gen. David W. Allvin brindó algunos detalles sobre acciones recientes, tal como el ataque a Irán o uno de los despliegues más importantes de la historia en la región del Indo-Pacífico.

En su exposición, Allvin subrayó la importancia que significa que las Fuerzas Armadas de EE.UU., y en particular su Fuerza Aérea, mantengan un ritmo sostenido en lo que refiere al desarrollo de capacidades y niveles operatividad, a la hora de evaluar los desafíos actuales y futuros.
Entre los puntos destacados por el Jefe de la Fuerza Aérea de EE.UU. figura la ofensiva ejecutada contra instalaciones relacionadas con el programa nuclear de Iran. Denominada operación Midnight Hammer, las acciones realizadas el 21 de junio de este año contra infraestructura iraní sobresalieron por varias razones, entre ellos los medios utilizados, como fue el caso de los bombarderos furtivos B-2 Spirit. Allvin también remarcó que “…No fue sólo la precisión de las armas y las capacidades lo que destacó, sino también los aviadores que manejaron la complejidad de la operación con gran habilidad y profesionalismo…”.
“…Fue una misión compleja e imaginativa, pero con esa complejidad surgieron problemas imprevistos que se presentaron ante nuestros aviadores una y otra vez…”, dijo Allvin, agregando que “…el personal de la Fuerza Aérea evaluó adecuadamente el riesgo, entendió cuáles eran sus funciones y sabía lo que se necesitaría para ejecutar la misión con éxito…”.

Para el ataque a Irán, el poder aéreo de EE.UU. fue clave: bombarderos furtivos B-2 Spirit lanzaron bombas GBU-57A/B MOP contra las instalaciones en Fordow y Natanz, mientras que cazas de quinta generación F-22 Raptor y F-35 Lightning operaron en espacio aéreo iraní para brindar protección y suprimir cualquier tipo de respuesta iraní.
Vale recordar que al poder aéreo de EE.UU se le sumo el naval, el cual se materializó con el lanzamiento de misiles crucero Tomahawk contra las instalaciones en Isfahán y Natanz. Al menos una treintena de estos proyectiles, lanzados desde un submarino de ataque, impactaron en los objetivos dispuestos por Washington.
Para continuar valorando la importancia del poder aéreo, Allvin también elogió lo realizado en el ejercicio Resolute Force Pacific, un despliegue a gran escala realizado entre los meses de julio y agosto al cual consideró como “…el mayor ejercicio liderado por la Fuerza Aérea en la región del Indo-pacífico desde la Guerra Fría…”.
“…Lo que distinguió a este ejercicio fue el alcance, la escala y la complejidad de la transición de los tipos de combates que hemos realizado a los tipos de combates que no queremos tener que enfrentar, pero que debemos superar si lo hacemos…”, agregó Allvin.
Mejoras constantes

A la hora de referirse al actual estado de preparación de la Fuerza Aérea de EE.UU., el General Allvin afirmó que “…es fundamental preguntarse constantemente si el servicio avanza con la suficiente rapidez y profundidad para afrontar los desafíos actuales…”.
“…En este contexto, con las consecuencias que ello conlleva, debemos ser cautelosos con lo familiar y con la comodidad que nos ofrece…es necesario mantener un ritmo de preparación rápido porque los adversarios estadounidenses no están aminorando el paso…”, agregó el Comandante de la Fuerza Aérea de EE.UU.
A la preparación también se le suma un constante proceso de mejorar de capacidades. La Fuerza Aérea de EE.UU. está llevando adelante diversos programas para mantenerse a la cabeza de desarrollos tecnológicos, frente a sus adversarios. Algunas de estas iniciativas han ganado notoriedad en estas últimas semanas.
Por un lado, el desarrollo del nuevo bombardero estratégico furtivo B-21 Raider. A mediado de este mes se supo que Northrop Grumman y la Fuerza Aérea de EE.UU. concretaron con éxito el primer vuelo del segundo prototipo B-21, aeronave que permitirá acelerar el período de pruebas al cuál la plataforma en su conjunto está siendo sometida, facilitando los testeos de los sistemas críticos de misión y de la integración de armamento.

Allvin también dio a conocer que Boeing ya está construyendo para la Fuerza Aérea el nuevo caza de sexta generación, denominado F-47. Anuncio que posiblemente se de en respuesta a los prototipos chinos que salieron a la luz en los últimos meses. “Es la plataforma que, junto con el resto de los sistemas, garantizará el dominio en el futuro. Tenemos que avanzar rápido. Debo decirles, equipo, que ya casi es 2026. El equipo se ha comprometido a poner en marcha el primer avión en 2028.”, manifestó Allvin.
Otro programa, relacionado con el desarrollo de capacidades de vehículos aéreos no tripulados, es el drone de combate no colaborativo. Para esta iniciativa, Lockheed Martin recientemente presentó Vectis, vector no tripulado que servirá como soporte para combates aire-aire, como aire-tierra, y reconocimiento e inteligencia.
“Vectis es la culminación de nuestra experiencia en integración de sistemas complejos, desarrollo avanzado de cazas y autonomía…“No estamos simplemente construyendo una nueva plataforma. Estamos creando un nuevo paradigma para el poder aéreo basado en una infraestructura de drones ágil, altamente capaz, personalizable y asequible””, destacaron desde Lockheed Martin Skunk Works.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: USAF
Te puede interesar: Con el portaaviones Fujian y su nuevo caza furtivo J-35, China disputa a EE.UU. la hegemonía aeronaval en el Indo-Pacífico












