Nuevos detalles han surgido de la investigación llevada a cabo por la inteligencia ucraniana, la cual confirma que miles de mercenarios cubanos fueron reclutados por Rusia para luchar en la guerra bajo las órdenes de Putin. La semana pasada, Ucrania denunció esta información ante legisladores estadounidenses, destacando que aproximadamente 20.000 ciudadanos de la isla firmaron contratos con el ejército ruso.

Desde Kiev afirmaron que la mayoría de los cubanos reclutados habrían sido engañados y luego retenidos contra su voluntad. Pero ahora, nueva información ha surgido: según Andriy Yusov, portavoz de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Cuba ocupa el primer lugar entre los países de origen de mercenarios y se ha confirmado la muerte de 39 de ellos.
Cuba como principal fuente de mercenarios: datos y contexto
“Actualmente, nuestra buena inteligencia nos habla de al menos 20.000 personas de Cuba que ya han rellenado los documentos y han sido reclutadas para luchar por Rusia. Hemos podido identificar físicamente a más de 1.000 de esos mercenarios. Teniendo en cuenta la naturaleza totalitaria del régimen cubano, tal reclutamiento no podría haber tenido lugar sin la bendición del régimen cubano”, declaró el funcionario ucraniano.

Durante la jornada en la que se expusieron estos datos, Ucrania confirmó que los intentos de reclutamiento de mercenarios cubanos por parte de Moscú tienen sus orígenes en septiembre de 2023. En ese momento, “piratas informáticos ucranianos filtraron documentos que demostraban que un militar ruso estaba detrás de un intento de reclutar a unos 200 mercenarios cubanos”, según la inteligencia de Kiev.
Yusov afirmó que las autoridades cubanas detuvieron a 17 personas implicadas en una red de tráfico de personas que enviaba a cubanos a luchar por Rusia, pero que desde entonces Cuba “ha guardado silencio”. Por el contrario, la información proporcionada por los funcionarios ucranianos sugiere que los esfuerzos de reclutamiento han continuado.
Evidencias documentales y casos confirmados
Maryan Zablotskyy, miembro del Parlamento ucraniano que también estuvo presente en la sesión informativa, declaró que uno de los oficiales militares rusos detrás del esfuerzo de reclutamiento estaba en realidad destinado en Cuba. Compartió capturas de pantalla del pasaporte y un contrato firmado en enero por Dianne Gladys García Benavides, de 25 años, de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país, en lo que dijo es el primer caso confirmado de una mujer cubana reclutada por el ejército ruso para luchar contra Ucrania.

En paralelo, compartió una lista con los nombres de los 39 mercenarios cubanos muertos, información que fue recopilada por la inteligencia exterior ucraniana y los servicios especiales de seguridad y equipos de hackers “voluntarios”. Otros mercenarios de la isla fueron detenidos en Kiev con varios ingresos a Moscú registrados en su pasaporte.
Salarios, contratos y denuncias
Los funcionarios ucranianos también compartieron cartas de mercenarios cubanos a las autoridades rusas quejándose de que no han sido dados de baja del ejército, a pesar de la expiración de sus contratos. En paralelo, se mostraron documentos de un caso judicial en Rusia que implicaba a otra reclutadora del ejército ruso, Elena Smirnova, acusada de quedarse con los salarios de entre 300 y 400 mercenarios cubanos.
La investigación de Ucrania sugiere que la principal motivación de los cubanos para involucrarse en la guerra es el salario mensual de 2.000 dólares que paga el ejército ruso. Y es que este fenómeno que refleja tanto la crisis interna de Cuba como la creciente necesidad de Moscú de refuerzos extranjeros para sostener la guerra.
A ello se suma que la edad media de los cubanos reclutados es de 35 años, algo también señalado por Yusov. “Esta es la edad en la que la gente debería estar construyendo familias y trabajando duro, pero por desgracia, eligen ir a la guerra. Esta es la edad a la que los jóvenes cubanos mueren por las ambiciones imperialistas de Vladimir Putin”, afirmó el funcionario ucraniano.
Además de los incentivos económicos, el Kremlin aprovecha la contratación de cubanos para alimentar la narrativa de que su guerra cuenta con apoyo internacional. Al mismo tiempo, evita los costos políticos internos de bajas rusas, debido a que las muertes de extranjeros no generan reclamos dentro de la sociedad local. Según autoridades ucranianas, este sistema transforma a los mercenarios cubanos en piezas desechables dentro de la maquinaria bélica de Putin. Se estima que estos últimos están expuestos a una esperanza de vida en el frente de apenas cuatro o cinco meses.
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