El pasado lunes, el ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur, afirmó que su país está dispuesto a acoger y desplegar armas nucleares de países aliados, como el Reino Unido. Las declaraciones se realizaron luego de que el medio The Telegraph consultara al funcionario sobre si Estonia estaría dispuesta a acoger en el futuro cazas británicos F-35A con capacidad nuclear, a lo que Pevkur respondió que siempre “está abierto” a la posibilidad y para sus aliados.

Cabe destacar que Estonia, que comparte frontera con Rusia, carece de aviones de combate propios; por lo tanto, depende de los aliados de la OTAN -incluido el Reino Unido- para la vigilancia aérea. Actualmente, los cazas británicos F-35 llevan mucho tiempo rotando por la base aérea de Amari, en Estonia, como parte de la misión de policía aérea báltica de la OTAN, que también abarca Letonia y Lituania (considerando que ninguno de los tres países bálticos posee cazas propios). En la región, el Reino Unido también se mantiene presente: recientemente, ha enviado aviones de combate Typhoon a Polonia como parte de Eastern Sentry, una misión de la OTAN anunciada a principios de este mes.
Y si bien las tensiones en la región están más latentes luego de los acontecimientos recientes por parte de Rusia, una fuente relacionada con los militares británicos dijo que “no hay necesidad de tener una capacidad estratégica avanzada en una posición táctica en Estonia”. Puntualmente, porque los F-35A “actuarían menos como elemento disuasorio y más como agitador”, además de correr un “alto riesgo en caso de un primer ataque ruso”.
“La puerta siempre está abierta para los aliados”
A pocos días de que se produjera la incursión de cazas MiG-31 rusos en espacio aéreo de Estonia, cazas Eurofighter de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) realizaron sus primeros vuelos en apoyo a la Operación Eastern Sentry, teniendo por objetivo fortalecer las capacidades de vigilancia de la OTAN. Acorde ha sido informado por canales oficiales, los primeros vuelos fueron realizados dos cazas pertenecientes al 3° Escuadrón de Cazas con asiento en RAF Coningsby, complementados por un avión de reabastecimiento Voyager del 101° Escuadrón desplegado desde RAF Brize Norton.

La Operación Eastern Sentry es llevada a cabo no sólo por efectivos y aeronaves de la Real Fuerza Aérea británica, sino también por otros aliados en el marco de la OTAN operando en conjunto para garantizar la seguridad del flanco este de la Alianza. Concretamente, participan elementos provenientes desde Alemania, Dinamarca y Francia, cuyos cazas resultan una capacidad clave y de la cuál carecen los países del Báltico. A su vez, el despliegue de cazas se ve reforzado por baterías de defensa aérea, entre las cuáles destacan los sistemas NASAMS y Patriot.
Decisiones en respuesta a la intrusión rusa en el espacio aéreo europeo
El viernes pasado, aviones MiG-31 de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas incursionaron en territorio estonio por un período de doce minutos, más específicamente sobre la isla de Vaindloo (a unos 96 kilómetros del enclave de Kaliningrado). Posteriormente, las aeronaves fueron interceptadas por cazas furtivos F-35A de la Aeronautica Militare italiana y JAS-39 Gripen de la Fuerza Aérea Sueca, quiénes lograron observar que los aviones enviados por Moscú portaban misiles aire-aire R-73. Al poco tiempo, la Fuerza Aérea alemana reveló también que sus aeronaves interceptaron a un avión de inteligencia de señales (SIGINT) ruso volando cerca del espacio aéreo de la OTAN, dando cuenta de la creciente actividad en la región.
Antes de ello, el pasado 9 de septiembre Polonia alertó del ingreso de entre 19 y 23 drones dentro de su espacio aéreo. El hecho fue considerado como una nueva provocación rusa, y con activación de una Alerta de Acción Rápida mediante, se desplegaron cazas F-16 polacos y F-35 neerlandeses. Francia también decidió reforzar su presencia en la región con el envío de tres cazas Rafale adicionales.

Por ende, los comentarios del titular de Defensa estonio suceden días después de las múltiples incursiones aéreas rusas, incidentes que no sólo tuvieron lugar en Estonia sino también en otros países, como Polonia. La situación provocó una nueva escalada de tensiones entre la OTAN y Rusia, aunque Moscú niega que sus cazas hayan penetrado en el espacio aéreo estonio, criticando las “provocaciones” occidentales.
Frente a este escenario, los líderes de la OTAN están estudiando su capacidad de respuesta en una futura ocasión similar. Algunos han pedido que se derribe cualquier nave rusa invasora, mientras que otros aconsejan un enfoque más cauteloso. Estonia, en este contexto, no sólo se mostró abierta a recibir cazas británicos para proteger su espacio aéreo, sino que también realizó consultas al Artículo 4 de la Alianza.
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