El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, envió una carta formal a su par estadounidense, Donald Trump, en la que plantea la apertura de un canal de diálogo directo para reducir la escalada de tensiones entre Caracas y Washington. La comunicación compartida por la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, llega en un momento crítico tras una serie de operaciones militares de Estados Unidos contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico en el mar Caribe.
Una carta en medio de acusaciones y operaciones militares
En su comunicación, Maduro niega categóricamente cualquier vínculo de su gobierno con redes de narcotráfico y acusa a Washington de difundir “noticias falsas” destinadas a justificar acciones militares. El mandatario venezolano asegura haber remitido a la Casa Blanca información que, según afirma, “demuestra que Venezuela es un territorio libre de producción de drogas” y que la mayor parte de los estupefacientes que llegan a Norteamérica se originan en Colombia y utilizan rutas marítimas alternativas.



La carta, confirmada por una fuente estadounidense a CNN, fue enviada apenas cuatro días después de que un ataque estadounidense contra una lancha rápida dejara once muertos en aguas del Caribe. Desde entonces, se han producido nuevos operativos contra embarcaciones que Washington vincula con carteles venezolanos, elevando la cifra de fallecidos a más de una docena. La Casa Blanca, sin embargo, no ha difundido pruebas concluyentes sobre la naturaleza criminal de las víctimas.
Escalada entre Trump y Maduro
Donald Trump evitó confirmar si había recibido la misiva, limitándose a responder a la prensa con un enigmático “ya veremos qué pasa con Venezuela”. En paralelo, su administración endureció las acusaciones: el Departamento de Justicia sostiene que Maduro es uno de los mayores narcotraficantes del planeta y en agosto duplicó la recompensa por su captura, elevándola a 50 millones de dólares.

El discurso estadounidense se acompaña de despliegues militares en la región bajo la bandera de la “lucha contra el narcotráfico”. Buques de guerra, aviones F-35 y hasta un submarino nuclear han sido movilizados por el Comando Sur (SOUTHCOM). Caracas interpreta estas maniobras como un intento de “cambio de régimen”, y en respuesta activó el “Plan Independencia 200”, con la movilización de más de dos millones de milicianos y la exhibición de aeronaves de combate Sukhoi Su-30 de origen ruso.
Datos en disputa sobre el narcotráfico
En su carta, Maduro enfatiza que el 87% de la cocaína producida en Colombia se transporta por rutas del Pacífico, un 8% por la Guajira y el Caribe, y apenas un 5% intenta atravesar Venezuela. Estas cifras —incluidas en mapas adjuntos elaborados con datos de Naciones Unidas— buscan reforzar su posición de que el país no es un actor central en las rutas internacionales de la droga.
No obstante, informes recientes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y de agencias estadounidenses destacan que Venezuela se ha convertido en un corredor relevante para el narcotráfico, señalando la permeabilidad de sus fronteras y la complicidad de estructuras estatales y militares.

Riesgo de una mayor confrontación
Las tensiones entre ambos países se intensificaron desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. En apenas ocho meses de su segunda presidencia, Washington ha mostrado un perfil intervencionista en varios escenarios internacionales y América Latina no parece ser la excepción.
El precedente de los ataques contra embarcaciones venezolanas marca un punto de inflexión: si bien analistas consideran improbable una intervención militar a gran escala en Venezuela, la posibilidad de incidentes armados limitados o de un bloqueo marítimo selectivo no puede descartarse.
En este contexto, la carta de Maduro intenta abrir un espacio de negociación con el enviado especial Richard Grenell, quien ha actuado previamente como mediador en temas de migración y liberación de detenidos. Sin embargo, hasta el momento ni la Casa Blanca ni el entorno de Grenell han confirmado avances en ese sentido.

Una crisis con impacto regional
El conflicto diplomático entre Caracas y Washington también amenaza con arrastrar a países vecinos. Maduro acusó públicamente a Trinidad y Tobago y Guyana de “complicidad con Estados Unidos”, lo que eleva el riesgo de que la crisis se extienda hacia un escenario regional más amplio en el Caribe y el Atlántico Sur.
La carta concluye con un llamado a “promover la paz mediante un diálogo constructivo y el entendimiento mutuo en todo el hemisferio”, apelando a la figura histórica de Simón Bolívar como símbolo de unidad continental.
Mientras tanto, la dinámica de acción y reacción entre ambas capitales mantiene el Caribe en un estado de alerta constante. El desenlace dependerá de si prevalece la vía del diálogo o si los próximos movimientos de Washington y Caracas consolidan un camino de mayor confrontación.
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