En medio de la ofensiva militar de Israel en Gaza, Estados Unidos reforzó su presencia naval en el Medio Oriente con el despliegue del portaaviones nuclear USS Nimitz. Desde junio de 2025, el buque fue reubicado para operar en zonas críticas como el Golfo Pérsico, el Golfo de Omán y el Mar Arábigo, como parte de una estrategia orientada a responder a amenazas crecientes.

En este sentido, el mando de la Quinta Flota estadounidense describió estas operaciones como rutinarias, diseñadas para asegurar la libertad de navegación, apoyar a los aliados del Golfo, y mantener una postura disuasoria frente a posibles agresiones. El Nimitz realizó vuelos de vigilancia marítima y patrullajes en áreas delicadas.
El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, defendió estas maniobras como parte de una política defensiva: “Proteger a las fuerzas estadounidenses es nuestra prioridad”, indicó, tras ordenar el despliegue de capacidades adicionales —entre ellas aviones cisterna y buques de guerra— frente a la escalada entre Israel e Irán.
Estados Unidos eleva las tensiones en la región
Por su parte, el Comando Central de las Fuerzas Navales de EE. UU. en una declaración del miércoles, informó: “Los líderes discutieron el compromiso continuo de ambas naciones para garantizar la seguridad marítima en el norte del Golfo Pérsico y los esfuerzos conjuntos en curso para aumentar la capacidad y la habilidad en el fomento de la estabilidad regional”.

Mientras tanto, Estados Unidos continúa respaldando diplomáticamente a Israel, al tiempo que trabaja con países del Golfo para contener posibles repercusiones del conflicto en Gaza. Para Irán, la presencia del Nimitz tan próximo representa una señal clara de disuasión, pero también un factor de tensión. En declaraciones recientes, un alto mando militar iraní advirtió que cualquier agresión será respondida con una fuerza aplastante.
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