Una investigación reciente de las autoridades lituanas reveló que Rusia, por medio de individuos vinculados a sus servicios de inteligencia, habría organizado el envío de paquetes con explosivos que causaron daños en distintos puntos de Europa durante 2024. Los hallazgos publicados señalan que se trató de una operación de prueba para posibles ataques de mayor alcance, incluso contra vuelos de carga hacia EE.UU. Los resultados del estudio renovaron la preocupación por el potencial que podrían ostentar las tácticas encubiertas de Moscú en territorio europeo.
Autoridades lituanas exponen el modus operandi de la supuesta red rusa
Según la fiscalía general y la policía criminal de Lituania, al menos cuatro paquetes fueron enviados desde Vilna en julio de 2024 a través de empresas como DHL y DPD. Los dispositivos, ocultos en almohadas, contenían cargas incendiarias con temporizadores electrónicos. Tres de ellos llegaron a hacer explosión: uno en el aeropuerto de Leipzig (Alemania), otro en un camión de transporte en Polonia y un tercero en un almacén de Birmingham (Reino Unido). El cuarto falló por un desperfecto técnico.

Las autoridades identificaron a los presuntos organizadores como Daniil Gromov (ciudadano ucraniano con documentación rusa bajo el nombre de Jaroslav Mikhailov) y Tomas Dovgan Stabacinskas, de nacionalidad lituano-rusa. Ambos, además, habrían estado detrás de un incendio en un establecimiento de IKEA en Vilna el mismo año. La red, que operaba bajo estrictas normas de conspiración, reclutaba colaboradores a través de plataformas de mensajería y les pagaba en criptomonedas. En total, se incautaron seis kilos de explosivos y se presentaron cargos contra 15 personas de distintas nacionalidades.
La guerra encubierta de Moscú
El caso de los paquetes explosivos no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia de sabotaje que Rusia viene desplegando en el continente desde 2022. De acuerdo con el International Institute for Strategic Studies (IISS), Moscú lleva adelante una guerra no convencional contra Europa, combinando vandalismo, espionaje y operaciones encubiertas con el objetivo de desestabilizar gobiernos europeos, socavar el apoyo a Ucrania y genrar costos económicos y sociales.
Esta dinámica forma parte de la doctrina rusa de gibridnaya voyna (guerra híbrida), que combina manipulación informativa, subversión y acción directa contra infraestructuras críticas como cables submarinos, redes de transporte, plantas de energía o centros de comunicaciones. El incremento de estos actos desde el comienzo de la guerra en Ucrania es, cuanto menos, significativo. Los ataques confirmados contra infraestructura crítica en Europa crecieron un 246% entre 2023 y 2024, incluyendo sabotajes a líneas ferroviarias, incendios provocados en fábricas vinculadas a la producción militar y daños a cables submarinos en el mar Báltico.

Para evitar ser detectados, los servicios de inteligencia rusos adoptaron un modelo de economía gig (dígase, trabajos por encargo), reclutando a terceros a través de plataformas de mensajería y ofreciendo pagos en criptomonedas. Estas operaciones de bajo costo y difícil atribución reflejan un patrón sistemático. Impactar negativamente la resiliencia europea y dividir a las sociedades occidentales, manteniéndose por debajo de los límites tolerables que activarían una respuesta militar directa de la OTAN.
Te puede interesar: Con las negociaciones con Ucrania pausadas y Trump frustrado, aumenta la tensión en Europa del Este con los ejercicios militares entre Rusia y Bielorrusia














