Una nueva controversia con respecto a las Islas Malvinas ha comenzado a ocupar espacio en la agenda comunicacional, específicamente por la decisión de la aerolínea Latam Airlines de quitar en nombre oficial del aeropuerto de Ushuaia, “Malvinas Argentinas”, y reemplazarlo por el nombre británico. La decisión de la compañía aérea surgió a partir de la exigencia de la Asamblea Legislativa del ilegítimo gobierno británico de las Islas, omitiendo el nombre argentino de su sitio web y de los pasajes aéreos a Malvinas.

Se trata del vuelo de la aerolínea Latam que une Punta Arenas con las Islas Malvinas, con escala en Ushuaia. Según reportó el medio de comunicación Agenda Malvinas, esta situación comenzó como un simple cambio de ruta por reparaciones en el aeropuerto de Río Gallegos. No obstante, actualmente se ha convertido en una cesión a las exigencias del gobierno colonial británico, que logró hasta el momento evitar cualquier vínculo explícito de la ruta con la reivindicación argentina sobre las islas.
La reacción desde Ushuaia
Esta omisión ha sido denunciada por múltiples medios de comunicación, así como también por funcionarios provinciales. El pasado sábado, el gobernador de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella, lanzó un ultimátum dirigido a la compañía aérea, advirtiendo que si Latam no reconoce el nombre del aeropuerto, tendrá que “despedirse de Ushuaia”. La postura fue respaldada por las autoridades aeroportuarias, quienes exigieron que en las pantallas de horarios de vuelo se exhiban los nombres Malvinas Argentinas o Puerto Argentino.

En medio de la polémica, unas 30 personas, en su mayoría Veteranos de Guerra de Malvinas, embarcaron en un vuelo realizado el día de ayer con dirección a las Islas. Manifestaron conocer la negativa de la empresa a la denominación del aeropuerto, aunque no emitieron comentarios en el momento. Corresponsales del medio Agenda Malvinas no pudieron conversar con los Veteranos debido a la “presión directa de la guía que los acompañaba, y que de manera intempestiva los apartó de los periodistas”.
Cuando el silencio diplomático cede ante la presión colonial
La controversia por el vuelo de Latam no sólo implica que se está imponiendo la voluntad del gobierno ilegítimo británico, sino que revela una preocupante normalización del colonialismo simbólico en rutas comerciales. Además, la falta de respuesta desde la Cancillería Argentina expone la fragilidad de los mecanismos de defensa diplomática frente a presiones extranjeras.
La situación adquiere un significado aún más profundo considerando que, según lo establecido en el Acuerdo de 1999, el servicio de Latam debe incluir dos paradas mensuales en Argentina, una en cada sentido. A raíz del cierre de Río Gallegos, el gobierno británico ilegal de las Islas confirmó que ocho vuelos —cuatro en dirección norte y cuatro en dirección sur— realizarán su escala en Ushuaia.
Pero este episodio no es un simple desacuerdo logístico, sino que se trata de una cesión simbólica que erosiona la narrativa soberana argentina sobre las Islas Malvinas. La omisión del nombre “Malvinas Argentinas” en los registros de vuelo representa una victoria comunicacional para el ilegítimo gobierno británico, y una derrota silenciosa para quienes sostienen el reclamo histórico.
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