Las elecciones en Guyana dieron un segundo mandato para Irfaan Ali, el político que se convirtió en uno de los antagonistas más verbales de la Venezuela de Nicolás Maduro, con la que disputa una parte constitutiva de su territorio conocida como el Esequibo.
El pasado lunes 1 de septiembre, 438.467 votos fueron registrados en el país de poco más de 800.000 habitantes. El Partido Progresista del Pueblo/Cívico que comanda Ali, doctor en Planificación Urbana y Regional de origen indio y primer musulmán en el poder, obtuvo más del doble de sufragios que el segundo. Este puesto correspondió a la candidatura del empresario Azruddin Mohamed, bajo el sello Invertimos en la Nación (WIN en inglés), que a pesar de crear el partido en los últimos meses obtuvo un resultado impresionante -sobre todo entre las minorías más postergadas como aborígenes y descendientes de africanos-, al prometer una mejor distribución de las extraordinarias rentas que el petróleo genera en el pequeño estado sudamericano.

La victoria en los diez distritos que componen a la antigua colonia inglesa de Sudamérica se repartió entre estas dos fuerzas: el PPP/C ganó en las regiones 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8 y 9, mientras que Invertimos en la Nación se impuso en los distritos 7 y 10. A partir de los resultados de las recientes elecciones en Guyana, el oficialismo ocupará 36 de los 65 asientos en la Asamblea Nacional, WIN quedó con 16, 12 fueron para la oposición tradicional del Partido por la Unidad Nacional y el restante para el Movimiento Guyana Adelante.
Una elección atravesada por la amenaza de Venezuela
Uno de los temas que atravesó la campaña electoral es la disputa acaso existencial que Guyana mantiene con Venezuela, país que le disputa una importante franja de su territorio: la región del Esequibo.
También llamada Guyana Esequiba, se trata de 160.000 kilómetros cuadrados localizado en la marca divisoria entre ambos estados. Atravesado por distintos ríos entre los que destaca el homónimo, el Esequibo es también una región rica en minerales, petróleo y gas en su extensión marítima, factores que solo atizan el reclamo que Venezuela lleva adelante sobre el territorio, el cual formaba parte de sus fronteras en la época de la colonia.

Sin embargo, una contienda binacional que durante décadas fue contenida a través de la diplomacia amenazó con volar por los aires el 3 de diciembre de 2023, cuando el régimen de Nicolás Maduro celebró un referéndum donde los venezolanos fueron consultados acerca de si apoyaban el reclamo sobre el territorio. Según aseguraron por entonces las autoridades electorales del país sudamericano, el respaldo a la propuesta fue masivo. Tras aquella consulta, Maduro anunció la creación de un estado venezolano en ese territorio, y dijo que Venezuela otorgaría licencias para la explotación allí de petróleo y minerales, sin reconocer las ya entregadas por Georgetown.
Qué dice la elección de Irfaan Ali sobre la disputa de Guyana con Venezuela por el Esequibo
Del otro lado estaba Irfaan Ali, quien por entonces hacía valer su alianza estratégica con Estados Unidos como garantía de seguridad al afirmar: “Guyana no está sola y nuestros amigos no van a permitir que sea pisoteada”.
A fines de 2023, Ali y Maduro se vieron las caras en la isla de San Vicente y las Granadinas, donde tuvieron una reunión bilateral para tratar de avanzar diplomáticamente la cuestión. Luego de un encuentro sin sonrisas ni de cortesía donde no se produjo ningún acuerdo, el mandatario guyanés ratificó su postura: “Dejé muy claro que Guyana tiene todo el derecho (…) a facilitar cualquier inversión, cualquier sociedad (…), la expedición de cualquier licencia y el otorgamiento de cualquier concesión en nuestro espacio soberano”.
Poco después, la Corte Internacional de Justicia ordenó a Venezuela no tomar ninguna medida “que modifique la situación que actualmente prevalece” en el territorio en disputa del Esequibo. Este organismo fue señalado por la ONU como el competente para dirimir la disputa, sobre la que se espera que se expida este año, aunque el régimen de Maduro aclaró que no reconoce su autoridad ni acatará el fallo.

Después de que las elecciones parlamentarias venezolanas de mayo 2025 incluyeran por primera vez la posibilidad de votar cargos políticos para el Esequibo, Ali reafirmó su intransigencia en la cuestión al sostener que “Guyana no está preparado para que ni una pulgada se dé ni se ceda, ahora o nunca”. Esta postura parece ser la de la mayoría de los guyaneses, que ratificaron al votarlo mayoritariamente el rumbo marcado por Ali, quien también se benefició políticamente de la bonanza económica traída por el petróleo que extrae la estadounidense ExxonMobil.
En plena escalada de Venezuela con Estados Unidos, la confrontación entre Nicolás Maduro y la Guyana que continuará presidiendo Irfaan Ali aparece como otro frente delicado, que en caso de romperse podría tener consecuencias imprevisibles.
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