China está llevando a cabo una ambiciosa modernización militar que busca posicionarla como potencia global, impulsada por un presupuesto récord de defensa y una estrategia diseñada para ampliar su proyección de poder más allá de Asia. Con un gasto estimado en 2025 de hasta 318.000 millones de dólares según el SIPRI, Pekín ha invertido en tecnologías de vanguardia, como misiles hipersónicos, portaaviones, satélites y sistemas de inteligencia artificial. Este proceso marca un cambio profundo en el equilibrio geopolítico, con implicaciones directas para EE.UU., Taiwán y sus aliados regionales.
Un presupuesto histórico para la modernización militar
La modernización militar de China está siendo impulsada por un crecimiento sostenido en su presupuesto de defensa. Este último alcanzó casi 247.000 millones de dólares en 2025 según cifras oficiales. Estimaciones independientes sitúan el gasto real cerca de los 318.000 millones e incluso hasta 471.000 millones de dólares. Esta expansión financiera permite a Pekín invertir en sistemas de armas avanzadas, nuevas plataformas navales, aeronaves de quinta generación y programas de inteligencia artificial militar, consolidando su capacidad para proyectar poder en la región del Indo-Pacífico, e inclusive de manera global.

La estrategia de Pekín combina el fortalecimiento tecnológico con una modernización estructural del Ejército Popular de Liberación (EPL). Desde 2015, el presidente Xi Jinping ha impulsado reformas profundas, reduciendo las tropas terrestres en un 40% para priorizar el desarrollo naval, aéreo y espacial. Estas decisiones buscan transformar a China en una potencia de despliegue global, capaz de competir directamente con EE.UU. y alterar el equilibrio estratégico en Asia.
China, EE.UU. y el Indo-Pacífico
Resulta imprescindible hacer énfasis en uno de los principales ejes de la estrategia militar de China,Taiwán. De acuerdo a reportes difundidos por múltiples medios y think tanks internacionales, Xi Jinping habría ordenado que las fuerzas armadas estén preparadas para tomar la isla por la fuerza antes de 2027. En este contexto, Pekín ha concentrado un gran porcentaje de sus recursos militares (incluyendo portaaviones, submarinos nucleares, cazas furtivos y misiles de alcance intermedio) en las zonas de mando oriental y meridional del EPL.

El fortalecimiento militar no se limita a la región. China lidera hoy el desarrollo de misiles balísticos de alcance intermedio, sistemas hipersónicos y satélites de doble uso para inteligencia y navegación. Además, la expansión de su arsenal nuclear, que alcanzó unas 600 ojivas en 2025 y podría llegar a 1.500 en 2035, redefine las capacidades estratégicas globales. Este crecimiento convierte a Pekín en un actor central en el rediseño del sistema internacional de defensa y plantea desafíos inmediatos para la seguridad global.
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