Este miércoles, las Fuerzas de Defensa de Israel comenzaron a adentrarse en Gaza, específicamente en el barrio de Sheikh Radwan, pese a las críticas que enfrenta el actual gobierno de Benjamin Netanyahu en el plano interno e internacional. Los llamamientos internacionales para detener la ofensiva fueron múltiples en las últimas semanas; sin embargo, las tropas israelíes continuaron avanzando en los suburbios de la ciudad de Gaza.

Los residentes de la ciudad de Gaza declararon que el ejército comenzó a destruir viviendas y tiendas de campaña que albergaban a palestinos desplazados, lanzando también granadas contra tres escuelas de la zona de Sheikh Radwan. Asimismo, confirmaron que las FDI también detonaron vehículos blindados cargados de explosivos para destruir viviendas en el este del barrio de Gaza y que bombardearon una clínica médica, destruyendo dos ambulancias.
Opinión pública dividida: derrotar a Hamás o el fin de la guerra
Este mismo miércoles, las FDI emitieron un comunicado confirmando que Israel seguirá operando contra las “organizaciones terroristas” en Gaza para “eliminar cualquier amenaza” al Estado de Israel. “Hemos entrado en la segunda fase de la operación ‘Carros de Gedeón’ para alcanzar los objetivos de la guerra. La devolución de nuestros rehenes es un deber moral y nacional. Seguiremos operando contra los principales bastiones de Hamás hasta su derrota”, declaró el Jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir.
Desde la cúpula de poder se encuentra Netanyahu, quien insiste en que Hamás, que ha gobernado Gaza durante casi dos décadas, debe ser derrotada si no se rinde. Anteriormente, fue el primer ministro quien ordenó a los militares tomar la ciudad de Gaza, operación que fue aprobada por el Ministro de Defensa.

Gaza es considerada “el último bastión de Hamás”, pero no todos en Israel están de acuerdo con continuar la guerra. En ocasiones anteriores, miembros del ejército israelí instaron a los dirigentes políticos del país a que lleguen a un acuerdo de alto el fuego, principalmente porque una ofensiva interna en Gaza pondría en peligro a los rehenes retenidos y a los soldados que participan de las maniobras.
Situación similar se vive en la población israelí: hay quienes apoyan el esfuerzo de las FDI en su combate contra Hamás, así como también una gran parte de la sociedad que reclama un alto el fuego. La opinión pública está dividida, pero la mayoría considera necesario poner fin al conflicto con un acuerdo que suponga la liberación de los rehenes restantes, motivo por el cual se llevan a cabo diversas protestas en Tel Aviv.
Desplazamiento masivo y crisis humanitaria sin tregua
Se estima que la toma de la ciudad de Gaza supondría el desplazamiento de aproximadamente un millón de palestinos, casi la mitad de la población registrada. Puntualmente, las FDI ordenaron en las últimas semanas a la población civil que abandone sus hogares, aunque hay informes de que muchas familias que ya han sido desplazadas se niegan a hacerlo.
Más de 63.000 palestinos han fallecido desde que comenzó la guerra en octubre de 2023. Además, las autoridades sanitarias de Gaza han informado de que, hasta la fecha, 367 personas, entre ellas 131 niños, han muerto de desnutrición e inanición causadas por la grave escasez de alimentos.
En el plano internacional, Estados y organizaciones han denunciado a Israel por profundizar la crisis humanitaria de toda la Franja de Gaza, llevando a gran parte de la población a la hambruna. Y si bien los funcionarios israelíes reconocen que hay hambre en algunas partes de Gaza, rechazan las afirmaciones de hambruna o inanición y denuncian una operación de persecución contra Israel, basada en “propaganda de Hamás” y desestimando los números del Ministerio de Salud de Palestina.

En la actualidad, persisten 48 rehenes israelíes retenidos en Gaza, de los cuales se cree que sólo 20 de ellos siguen con vida. Hamás ha ofrecido liberar a algunos rehenes, vivos y fallecidos, a cambio de un alto el fuego temporal, pero Israel aún no ha respondido formalmente. el grupo islamista también propuso la liberación de todos los rehenes a cambio del fin inmediato de la guerra y la retirada de las tropas israelíes, pero sin deponer las armas.
Por lo pronto, Israel comunicó que decenas de miles de reservistas se presentaron a las filas el martes pasado para apoyar la ofensiva actual, con el objetivo de que asuman funciones de inteligencia, o que sustituyeran a los soldados de combate en lugares como Cisjordania, que luego podrían ser desplegados en Gaza.
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