La Unión Europea alcanzará en 2025 un presupuesto en defensa sin precedentes de 381.000 millones de euros (equivalentes a 572.000 millones de dólares), según confirmó la Agencia Europea de Defensa (EDA). Este aumento del 10% respecto al año anterior refleja la acelerada carrera armamentista en el continente, impulsada por la invasión de Rusia a Ucrania y la presión de Estados Unidos para reforzar el compromiso de los aliados en el marco de la OTAN.
Un salto histórico en el gasto militar europeo
Desde 2022, cuando Moscú lanzó la ofensiva a gran escala sobre Ucrania, los países europeos incrementaron de manera sostenida sus presupuestos de defensa. Ahora, bajo la nueva meta fijada en la cumbre de la OTAN de julio —exigida por el presidente estadounidense Donald Trump— los Estados miembros deberán destinar hasta el 5% de su PBI a seguridad. De ese total, un 3,5% se orientará al gasto militar directo y un 1,5% a áreas complementarias como infraestructura estratégica y ciberseguridad.

La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, subrayó que “Europa está invirtiendo sumas récord para proteger a su gente y este esfuerzo continuará”. Según la EDA, casi 130.000 millones de euros del presupuesto de 2025 estarán dirigidos específicamente a inversiones en armamento y nuevas capacidades militares, un rubro clave para renovar arsenales, modernizar fuerzas y reforzar la disuasión frente a Moscú.
Préstamos europeos y compromiso colectivo
El aumento también se apalanca en el programa SAFE, un plan de préstamos de 150.000 millones de euros respaldado por el presupuesto comunitario que fue completamente suscrito por 19 de los 27 Estados miembros. Este mecanismo facilita a los gobiernos el acceso a financiamiento más barato para acelerar adquisiciones militares en un contexto de urgencia estratégica.
En paralelo, la Comisión Europea destacó que los desembolsos permitirán armonizar los esfuerzos de defensa, un paso largamente reclamado para reducir la fragmentación entre las capacidades nacionales y fortalecer la industria militar continental.

Contexto estratégico y advertencias
Las advertencias de las agencias de inteligencia occidentales apuntan a que Rusia podría intentar atacar a un país de la OTAN en los próximos tres a cinco años, incluso si la guerra en Ucrania se estanca o finaliza. Este escenario presiona a los gobiernos europeos a reforzar con rapidez su preparación defensiva.
El director de la EDA, André Denk, advirtió que “cumplir con el nuevo objetivo de la OTAN de 3,5% del PIB requerirá un esfuerzo aún mayor, llevando el gasto total a más de 630.000 millones de euros anuales”. El desafío no solo será presupuestario, sino también de coordinación política y de adaptación industrial.

Implicancias geopolíticas
El viraje europeo consolida un cambio estructural en la política de defensa del continente, que durante décadas se apoyó principalmente en el paraguas de seguridad de Estados Unidos. Sin embargo, la presión de Washington, sumada a la amenaza rusa, empuja a la UE a un rearmamento de magnitud histórica.
Con el regreso de Trump a la Casa Blanca en 2025, la exigencia hacia Europa se volvió aún más explícita. El presidente norteamericano, crítico tradicional del “bajo compromiso” de los aliados europeos, logró extraer un compromiso que transforma la lógica del gasto militar en la región.
La cifra récord de 2025 es solo un paso en una senda ascendente que redefine la defensa europea y que, a la luz de las tensiones con Moscú, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad financiera y política de este esfuerzo prolongado.
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