En medio de recientes operaciones contra Al-Shabaab, nuevas versiones sugieren la posible presencia de especialistas militares de Ucrania en Somalia, trabajando junto a la empresa privada Bancroft. Si bien esta información no ha sido confirmada oficialmente, el rol de Bancroft en la formación y asistencia táctica a las fuerzas somalíes y a las tropas de la Misión de Apoyo de la Unión Africana es ampliamente reconocido. Las autoridades no se han pronunciado sobre estos reportes. No obstante, el contexto actual de cooperación internacional en Mogadiscio podría explicar un eventual despliegue de personal extranjero.
Bancroft y su rol clave en Somalia
La compañía estadounidense Bancroft Global Development mantiene una fuerte presencia en Somalia. En este país brinda entrenamiento y apoyo logístico a la Brigada Danab del Ejército Nacional Somalí, así como asistencia a la policía y a fiscales locales. Además, Bancroft ha participado en la formación de tropas de la Misión de Apoyo de la Unión Africana en Somalia (AUSSOM), reforzando las capacidades de las fuerzas regionales en operaciones de alto riesgo. Este acompañamiento fue destacado recientemente por la propia embajada estadounidense en Mogadiscio. En agosto, la representación elogió el trabajo conjunto con las tropas ugandesas desplegadas en el país.

Los recientes reportes que vinculan a militares ucranianos con las operaciones de Bancroft surgen tras ofensivas significativas contra Al-Shabaab en localidades estratégicas como Bariire. Allí, las fuerzas conjuntas de la AUSSOM y el Ejército Nacional Somalí infligieron fuertes bajas al grupo terrorista. Aunque no existen confirmaciones oficiales sobre el despliegue de personal ucraniano, la creciente colaboración internacional en la región (incluyendo EE.UU., Uganda y socios privados) podría favorecer este tipo de acuerdos. Por el momento, el alcance real de la participación extranjera permanece incierto.
Somalia y Mali, actores externos disputan influencia en África
Mientras se reporta la posible presencia de especialistas ucranianos en Somalia vinculados a Bancroft, el papel de Rusia en otros conflictos africanos refleja una tendencia creciente. En Mali, la participación del grupo mercenario Wagner, ahora reestructurado como Africa Corps, buscaba inicialmente fortalecer la lucha contra el terrorismo y reforzar a la junta militar liderada por Assimi Goïta. Sin embargo, lejos de estabilizar la región, la violencia vinculada a grupos yihadistas como JNIM se ha intensificado. Se registró un promedio de más de 3.000 muertes por año desde 2022, evidenciando las limitaciones del modelo ruso.

El caso maliense demuestra los riesgos de depender de actores externos para operaciones de seguridad y contrainsurgencia. Wagner ha sido acusado de abusos contra civiles, tensiones con las fuerzas locales y fracasos logísticos que han erosionado su popularidad. En contraste, la presencia no confirmada de personal ucraniano en Somalia junto a Bancroft estaría enmarcada en un modelo diferente. Aparentemente, estaría centrado en la asistencia técnica y el entrenamiento para fuerzas nacionales y regionales, aunque sin transparencia oficial. Ambos escenarios, sin embargo, reflejan cómo África se ha convertido en un escenario clave de competencia entre potencias y contratistas privados.
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